Conocer cada cuánto se debe recibir un masaje es una de las cuestiones habituales que los usuarios preguntan a los quiromasajistas. Sin embargo, no hay una respuesta estándar. La periodicidad de la práctica del masaje depende de diversas circunstancias como el motivo por el que se recibe o el tipo de masaje que conviene.
A nadie le amarga un dulce y, sin duda, un masaje siempre es bien recibido. ¿Cuántas veces nos llevamos las manos a la nuca o a los riñones para desentumecernos o aliviar el malestar? Incluir el quiromasaje como hábito para mantener la salud y el bienestar siempre es una buena idea.
Muchas personas ven el masaje como un lujo, un capricho esporádico con el que se premian, o bien recurren a él como parte de un tratamiento ante una lesión o dolencia. El quiromasaje aporta muchos beneficios físicos, psicológicos y emocionales y debido a ello recibir masajes aleja la posibilidad de lesión por sobrecarga o estrés y reduce el uso indiscriminado de medicamentos.
Índice
Razones para recibir masajes
Son muchas las razones para recibir masajes y hemos hablado de ello en numerosas ocasiones. No obstante, aún reconociendo sus beneficios, se tiende a dejarlo en la lista de cosas pendientes.
Recordamos, una vez más, algunos de los motivos por los que él “ya lo haré” debe convertirse en una cita con el masajista:
- Trabajar la mayor parte del día sentado delante de una pantalla
- Estar de pie durante muchas horas
- Sentir el cuello y los hombros tensos y doloridos
- Agacharse con dificultades por falta de flexibilidad y sentir las piernas rígidas y pesadas
- Tener dolor de cabeza a menudo
- Notar ansiedad y estrés debido al trabajo y las prisas cotidianas
- Dormir mal y sentirse siempre cansado
- Practicar algún deporte o realizar actividad física de manera habitual
Estas son solo algunas de las razones que indican que nuestro cuerpo necesita algunas sesiones de masaje para obtener sus beneficios:
- Relajar la musculatura y aliviar las tensiones
- Mejorar la flexibilidad y la movilidad articular
- Aumentar las defensas del sistema inmunológico
- Estimular la circulación sanguínea y linfática nutriendo y oxigenando los tejidos
- Eliminar toxinas y residuos metabólicos
- Mejorar el patrón de sueño y sentirse descansado
- Liberar la mente y las emociones obteniendo relajación y bienestar
- Notarse tonificado y con mejor aspecto
- Mejorar la autoestima y alejar el estrés y la ansiedad
¿Te reconoces en alguno o en más de un motivo para necesitar un masaje? ¿Echas en falta alguno o algunos de los beneficios? Seguro que sí y ello indica que es el momento de comenzar o volver a acudir al quiromasajista.
Frecuencia del masaje
Los masajes aportan calidad de vida y bienestar. Como hemos indicado, la frecuencia con la que se debe recibir un masaje varía según el motivo del mismo y así nos lo indicará nuestro terapeuta.
Masajes para relajar y mantener a raya el estrés
El estrés y el malestar mantenidos causan importantes perjuicios a nivel corporal y mental. Cefaleas, musculatura tensionada, desánimo y mal humor son algunas de sus consecuencias, que se agravan rápidamente pudiendo desembocar en depresión o en contracturas y lesiones a nivel cervical. El masaje contribuye a relajar la presión física y psicológica y ayuda a disminuir la tensión arterial. El uso de recursos como piedras o aceites esenciales logra aún más aportar tranquilidad y bienestar al usuario. Los masajes de relajación son suaves y pueden recibirse con frecuencia.
Masajes para el alivio del dolor
Al igual que previene lesiones, el masaje también ayuda a recuperarse y aliviar el dolor tras una lesión. El terapeuta valorará cuándo es indicado practicarlo y la frecuencia del mismo, según el tipo de masaje que se precise. En el caso del dolor crónico, el masaje atenúa el malestar y procura alivio emocional y psicológico, pues el usuario se siente comprendido y cuidado. Según responda el cuerpo y la mente de cada persona, se pautará la práctica del masaje.
Masajes deportivos
El masaje deportivo está dirigido a las personas que practican deporte y realizan actividad física de forma habitual, tanto a nivel amateur como profesional. Los masajes semanales o quincenales ayudan a mantenerse en forma y prevenir sobrecargas y lesiones. Igualmente, el masaje se adapta a la participación en eventos y competiciones deportivas, tanto antes, para preparar y calentar la musculatura, como después, para ayudar en la recuperación.
Masajes porque me da la gana
No hace falta estar estresado, sentir dolor o practicar un deporte para recibir un masaje. Incluso si tenemos un trabajo que no nos estresa y nos sentimos bien en nuestra piel, recibir un masaje siempre es positivo.
Existen muchas modalidades de masaje: algunas más específicas como el masaje estético o el masaje de pies; otras inspiradas en las filosofías orientales, como el masaje holístico, el masaje lomi – lomi o el masaje tailandés; también masajes con pindas o la maderoterapia. Sea cual sea el masaje que te apetezca recibir, escucha a tu mente y a tu cuerpo y pruébalo.
La frecuencia del masaje es, en estos casos, la que tú quieras, depende de tu presupuesto y estilo de vida. Puedes acudir cada semana, cada quince días o una vez al mes.
Cuándo no recibir un masaje
La práctica del masaje ejerce unos efectos determinados sobre todos los sistemas del cuerpo. Por ello, es necesario dar tiempo al organismo para asimilar y reaccionar a todos ellos.
Igualmente, es necesario comunicar al quiromasajista si existe algún problema de salud que pueda contravenir la manipulación manual, bien de forma relativa o absoluta. Algunas de estas contradicciones son fiebre, infecciones, enfermedades de la piel, cardiopatías o cáncer, entre otras.
También es importante acudir siempre a un quiromasajista que ofrezca todas las garantías, tanto de formación y capacitación como normativas. Recibir un masaje de una persona no profesional o que no ofrezca las necesarias medidas higiénico-sanitarias, por ejemplo, los “masajes” que se ofrecen en las playas en verano, puede causarnos lesiones o contagiarnos alguna patología infecciosa sino se desinfecta y limpia adecuadamente las manos tras cada masaje, sin que podamos hacer nada, pues ninguno de ellos dispone de un seguro de responsabilidad civil.
El cuidado personal es la forma en que recuperas tu poder.” (Lalah Delia – Autora y educadora especializada en espiritualidad y bienestar)