Los beneficios físicos y psicológicos del masaje durante el embarazo aportan relajación y bienestar a la futura madre. Recibir masajes a lo largo de la gestación es algo cotidiano en los países asiáticos. En nuestra cultura es cada vez más habitual a partir del segundo trimestre y previo consentimiento médico para evitar posibles riesgos.
En otros artículos hemos explicado la seguridad del masaje durante el embarazo y cómo ayuda a disminuir la ansiedad prenatal y el cansancio, aumentando la energía y las emociones positivas. Físicamente, es una gran ayuda para prevenir el edema y aliviar el dolor de espalda.
Los beneficios del masaje son también muy valiosos durante el parto. Evidentemente, será la persona que acompañe a la parturienta quien lo lleve a cabo. Como quiromasajistas, hacia el final del embarazo, podemos guiar a esta persona y dar algunas indicaciones para que tanto ella como la futura mamá sepan que hacer y se sientan cómodas.
En este artículo repasamos los beneficios del masaje durante el embarazo y explicamos cuándo y cómo se aplica también durante el parto.
Índice
Beneficios físicos y psicológicos del masaje durante el embarazo
El embarazo es un periodo largo, entre 37 y 42 semanas, a lo largo del cual la gestante experimenta importantes cambios físicos y psicológicos. Desde el momento de la concepción, aumenta la producción de determinadas hormonas necesarias para preparar el cuerpo y hacer posible el desarrollo de la gestación. Estas hormonas también son las responsables de muchos de los cambios que tendrán lugar en los meses siguientes.
El aumento de peso, los cambios de humor y diversas molestias (alteraciones olfativas y del gusto, náuseas, estreñimiento, ardor de estómago, cansancio) son algunos de los más habituales a partir del primer trimestre. Afortunadamente, durante el segundo trimestre, las molestias remiten y son unas semanas más tranquilas. Llegado el tercer trimestre se acentúa el aumento de peso y el cansancio. También es habitual la hinchazón de piernas, tobillos y pies y el dolor de espalda y pelvis.
Existen diferentes tipos de masajes que puede recibir una embarazada:
- El masaje descontracturante alivia el dolor de espalda, de ciática o el síndrome piramidal, liberando de tensiones la musculatura de la espalda. En las piernas, alivian los calambres.
- El masaje relajante concede un bienestar físico, psicológico y emocional a la futura mamá y contribuye a calmar el estrés o la ansiedad y a tener un mejor descanso.
- El drenaje linfático es muy eficaz para reducir los edemas y la retención de líquidos, especialmente en tobillos y pies.
Otros beneficios de recibir masajes en el embarazo son la mejora de la elasticidad de la piel, previniendo la formación de estrías, poder adoptar una postura corporal más correcta, oxigenar y tonificar los tejidos, disminuir el dolor articular y mejorar la digestión y el tránsito intestinal.
¿Por qué es beneficioso el masaje durante el parto?
El masaje durante el parto es beneficioso para la mamá y el bebé, pues acorta la duración y favorece el proceso de parto, además de relajar y aliviar el dolor. Estos son las razones:
- En la primera fase del parto, el masaje ayuda a soportar mejor las contracciones dolorosas propias de la dilatación, logrando disminuir su intensidad.
- El masaje favorece una mayor liberación de oxitocina, contribuyendo a tener un parto natural. Se han realizado diferentes estudios que aseveran la eficacia del masaje para reducir el dolor de parto.
- Aumenta la producción de endorfinas que actúan como analgésicos naturales y disminuye la percepción del dolor.
- La mujer se siente apoyada y cuidada durante el trabajo de parto.
Cómo debe ser el masaje durante el parto y dónde aplicarlo
El objetivo del masaje durante el parto es relajar y proporcionar bienestar. Por ello, debe ser suave, firme en determinados movimientos, pero nunca frenético ni brusco para no acelerar la respiración, más bien todo lo contrario. Además, hay que tener en cuenta que la persona que lo aplica no suele ser un masajista formado, sino la persona acompañante de la parturienta. Movimientos circulares con las palmas de las manos, como caricias, y toques ligeros con las yemas de los dedos, efectuados de forma rítmica y repetida, bastarán para ayudar.
El masaje durante el parto puede aplicarse en diversas zonas del cuerpo:
- Hombros. El dolor, la incertidumbre, incluso el miedo, instintivamente hacen encorvar los hombros. Un masaje suave en los hombros ayuda a bajar los hombros y a respirar de forma más acompasada.
- Espalda. El dolor de las contracciones puede aminorarse con el masaje en la zona lumbar. Al comienzo, la persona acompañante puede deslizar lentamente las manos por la espalda, desde los hombros hasta el área lumbar. Cuando las contracciones son fuertes, es eficaz presionar el sacro con el talón de la mano, de manera firme.
- Piernas y pies. En los momentos en que la parturienta está sentada o estirada, puede recibir un masaje en las piernas, los tobillos y los pies. Es relajante y ayuda a mantener la temperatura de los pies.
- Manos. Si se recibe anestesia epidural y la mujer está estirada en la cama, no puede realizarse el masaje en los hombros ni la espalda y no tiene sentido efectuar masaje en los pies. Un masaje en las manos tranquiliza y muestra compañía y apoyo.
Si se desea, puede aplicarse el masaje con dos gotas de algún aceite esencial añadidas a un aceite base y aprovechar los beneficios del masaje combinado con la aromaterapia. Algunos de los aceites esenciales que se pueden usar son los de lavanda, mandarina, limón, manzanilla romana o jazmín, entre otros. Es importante escoger un aceite de calidad, 100% puro. Si no se está seguro de cual escoger, es recomendable dejarse aconsejar por un profesional de la aromaterapia.
Si incluyes el masaje prenatal y el masaje postparto en tus servicios, puedes ayudar a las futuras mamás mostrando cómo la persona acompañante puede ayudar con un masaje a hacer más llevadero y agradable el trabajo de parto.
El parto es un evento natural que ocasionalmente necesita ayuda médica; no un evento médico que ocasionalmente ocurre de forma natural”. (Kemy Johnson – matrona)