El dolor articular afecta a cientos de millones de personas en el mundo. Las patologías osteoarticulares afectan a un importante porcentaje de la población mundial, siendo la artrosis la afección con mayor prevalencia. en España. Según el Análisis de situación del impacto del dolor crónico a nivel nacional de la Fundación Grünenthal y el Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz, en 2022, la artrosis afecta al 29,35% de la población española igual o mayor de 40 años, llegando al 80% en el tramo de edad de más de 65 años.
La artritis reumatoide y otras enfermedades reumatológicas, así como la práctica del deporte de alto impacto, la obesidad y el envejecimiento de la población son las principales causas de la artralgia.
Índice
Qué es la artralgia
La artralgia es como se denomina el dolor articular. Las articulaciones son los engranajes que forman los puntos de unión entre los diversos componentes del esqueleto, otorgando soporte, estabilización y capacidad de ejecutar movimientos. Existen diferentes tipos de articulaciones compuestas por diferentes estructuras como cápsulas articulares, bursas articulares, tendones y ligamentos. El dolor puede darse en cualquiera de los componentes que forman una articulación. Según afecte a una o más articulaciones, la artralgia se clasifica de la siguiente forma:
- Monoarticular. Cuando el dolor afecta a una sola articulación.
- Oligoarticular. Cuando el dolor afecta entre 2 y 4 articulaciones.
- Poliarticular. Cuando el dolor afecta a más de 4 articulaciones.
Síntomas del dolor articular
La sintomatología de la artralgia es muy diversa. Puede presentarse de forma aguda y repentina al ejecutar un movimiento o de forma insidiosa y constante, sin desaparecer aún con el descanso. Puede ser de relativamente corta duración o permanecer en el tiempo y, referente a escala de su intensidad, puede ser desde un dolor leve a muy intenso.
No existe ninguna prueba diagnóstica que posibilite la detección o la cuantificación del dolor articular. Las pruebas de imagen no son capaces de reflejar el dolor de una o más articulaciones, aunque sí pueden detectar posibles lesiones que lo justifiquen y orientar acerca del posible tratamiento.
El abanico de síntomas es amplio y variado, pudiendo afectar mucho al desempeño de las actividades cotidianas y a un descanso reparador. La persona afectada por artralgia suele notar los siguientes síntomas:
- Pinchazos.
- Dolores agudos.
- Rigidez y dificultad para moverse.
- Hinchazón o sensibilidad articular. La articulación duele al presionarla.
- Enrojecimiento y calor.
Como hemos comentado en la introducción, el dolor articular tiene una alta prevalencia en España, siendo un motivo frecuente de consulta médica y baja laboral por la limitación funcional que ocasiona. Con el paso del tiempo, la articulación se va atrofiando. Este hecho, unido a la disminución de la masa muscular y la pérdida de densidad ósea que se produce con la edad, acentúa el dolor y la incapacidad de movimiento.
Causas del dolor articular
El dolor articular puede ser la consecuencia de diversas afecciones:
- Alteraciones musculoesqueléticas, lesiones físicas, sobrecarga articular y traumatismos (condromalacia rotuliana, bursitis, tendinitis, …).
- Enfermedades reumáticas inflamatorias y degenerativas como la artritis o la artrosis.
- Enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide.
- Enfermedades esqueléticas como la osteoporosis.
- Procesos infecciosos como la gripe o la mononucleosis.
- Patologías que afectan al sistema nervioso (fibromialgia, Parkinson, …).
- Trastornos metabólicos como la gota.
- Efectos adversos de algunos fármacos.
Gran parte de las afecciones que cursan con dolor particular son crónicas e incapacitantes. Es importante empezar a tratarlas cuando aparecen los primeros síntomas, sin pensar que es propio de la edad o de la actividad diaria. El retraso en el diagnóstico complica el tratamiento y el alivio de la artralgia.
En muchas ocasiones, el dolor suele irradiarse a toda el área de la articulación afectada. Al dolor se suman la fatiga y la pesadez en los movimientos, dando lugar a la creación de un círculo vicioso: cada vez menor funcionalidad y mayor afectación.
Diferencia entre el dolor articular y el dolor muscular
La principal diferencia entre las artralgias y las mialgias (dolor muscular) se basa en las causas que producen uno u otro dolor. La tensión excesiva, la sobrecarga, las distensiones y los traumatismos son las causas más habituales de las algias musculares. No obstante, algunas enfermedades, como la gripe, la fibromialgia o el lupus, también provocan dolor muscular.
El dolor muscular afecta más a personas menores de 50 años cuya actividad laboral o deportiva hace más probable que se originen algias musculares. El dolor muscular suele afectar a algunos músculos determinados, aparece mientras se efectúa la actividad o justo al terminar y, debido a ello, en bastantes ocasiones, se conoce la causa.
Enfoque no farmacológico del dolor articular
El quiromasaje contribuye a aliviar el dolor articular y a reducir la hinchazón. En primer lugar, el quiromasajista realiza la anamnesis, anotando todos los datos necesarios como el momento de la aparición del dolor en una o más articulaciones, cuando se calma o se intensifica, la irradiación del dolor, cuánto tiempo lleva manifestándose, el diagnóstico médico y el tratamiento prescrito, si cabe. Igualmente, es importante conocer si la persona aquejada de artralgia desarrolla algún tipo de actividad física y cuál es su dieta habitual.
La observación de la postura y los movimientos de la persona son también relevantes. Es habitual adoptar posiciones anómalas destinadas a paliar el dolor que, al mantenerlas en el tiempo, desencadenan patologías en otras áreas del cuerpo.
La comprobación manual de la reacción de los tejidos a través de la palpación de huesos, articulaciones y músculos hace posible detectar posibles disfunciones y captar el nivel de sensibilidad al tacto. Todo ello, permite al quiromasajista determinar la progresión y profundidad de las maniobras que debe emplear sobre los tejidos periarticulares, realizando movilizaciones pasivas con el fin de recuperar poco a poco el rango de movilidad adecuado de las articulaciones afectadas y relajando la musculatura adyacente.
Gracias a las sesiones de quiromasaje para aliviar la artralgia, mejora la oxigenación y nutrición de los tejidos, que van volviéndose más flexibles y aumentan su movilidad, eliminando toxinas y disminuyendo las adherencias.
El quiromasaje está contraindicado en caso de inflamaciones e infecciones graves sin contar con un consentimiento médico.
La fitoterapia es también una gran aliada para paliar el dolor articular. Plantas medicinales como la gaulteria, la cola de caballo, el jengibre, el romero, la cúrcuma, el lino, el laurel, la tila, la canela o el ajo son remedios naturales que se utilizan como antiinflamatorios y analgésicos para el dolor de huesos articulaciones y músculos.
Los remedios preparados con plantas medicinales pueden interactuar con fármacos que el médico haya prescrito. Es necesario siempre comunicar al médico la aplicación o toma de cremas y suplementos naturales.
Recomendaciones para paliar el dolor articular
El tratamiento farmacológico está orientado a disminuir la inflamación y el dolor. Sin embargo, hay otras medidas que pueden ayudar mucho a reducir el dolor articular:
- Hacer ejercicio. Mantenerse físicamente activo evitando los movimientos que producen dolor.
- Aplicar frío en la fase aguda y calor en la fase crónica.
- Mantener un peso corporal apropiado para disminuir la carga sobre las articulaciones.
- Evitar las posturas forzadas.
- Si hay que llevar peso, distribuirlo adecuadamente.
- Utilizar un calzado cómodo.
No dejamos de hacer ejercicio porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de hacer ejercicio.» Keneth Cooper (Maestro en Salud Pública, Mayor del Cuerpo Médico de la Fuerza Aérea de Estados Unidos)