El concepto de quiromasajista es el de un profesional que contempla el cuidado de las personas desde un punto de vista holístico con una perspectiva que integra el cuerpo, la mente y las emociones.
Según la definición que nos ofrece el Diccionario de la RAE, un quiromasajista es una persona que da quiromasaje. Y la definición de quiromasaje es “masaje terapéutico dado con las manos.” Fácil, ¿no es cierto? Entonces, ¿por qué se empeñan en complicarlo?
No son pocas las ocasiones en que se acusa a los quiromasajistas de ser intrusos o de querer solapar funciones que no les corresponden.
Un quiromasajista no es un quiropráctico, ni pretende serlo. Ni un osteópata, ni tampoco pretende serlo. Ni por supuesto, un fisioterapeuta. Aunque puede ser cualquiera de las tres cosas o todas ellas si recibe la formación pertinente.
Si nos detenemos en la definición que nos da el diccionario de la RAE de fisioterapia, leemos lo siguiente: “Tratamiento de lesiones, especialmente traumáticas, por medios físicos, como el calor, el frío o el ultrasonido, o por ejercicios, masajes o medios mecánicos.”
Como vemos por esta definición, se trata de una práctica centrada en la lesión y mucho más cercana al concepto alopático de la salud.
¿Qué ofrece un quiromasajista?
El quiromasajista es un terapeuta manual que escucha e interpreta a través del tacto. En la anamnesis pregunta y toma nota de las características, las sensaciones y los motivos por los que un usuario acude a él. Son respuestas que le orientan y le permiten empezar a conocer a la persona, aunque es cuando empieza a trabajar con sus manos cuando percibe el lenguaje del organismo a través de los tejidos.
El quiromasajista nota las restricciones del movimiento, las rigideces y contracturas y la temperatura de la piel y, en razón de ello, establece una pauta de movimientos y maniobras con el fin de restaurar el desequilibrio.
Su herramienta de trabajo son sus manos. Por ello, el quiromasaje es una disciplina que requiere una predisposición innata, una inclinación al cuidado y una sensibilidad al tacto. En el aula aprenderá la anatomía del cuerpo, las distintas maniobras y los protocolos de masaje, pero un buen quiromasajista tiene una receptividad natural que tiene que ver con la filosofía de cuidado que busca restablecer la armonía física y mental.
Cualidades del quiromasajista
Además de tener la formación adecuada, un buen quiromasajista reúne una serie de cualidades que le distinguen.
Empatía
Un buen quiromasajista sabe ponerse en la piel de las personas. Se relaciona cada día con gente muy diversa y trata a todas ellas con el máximo respeto y cordialidad, con la motivación de hacer del masaje una experiencia gratificante y beneficiosa.
Saber escuchar
Fundamental. El profesional del masaje escucha e interpreta lo que le comunica el usuario y también lo que no dice de palabra pero le transmite con su forma de andar, su postura y su lenguaje corporal.
Dedica el tiempo necesario para obtener las respuestas necesarias que le permitan ofrecer el mejor cuidado.
Buena condición física… y mental
El quiromasaje es una profesión exigente. El terapeuta precisa estar en buena forma física y mental para dar lo mejor de sí a lo largo de su jornada. Y para ello debe cuidarse. Respetar los descansos entre sesiones y recuperar cuerpo y mente.
No olvidemos que en la realización de un masaje se establece una sinergia entre el masajista y la persona que está en la camilla, un intercambio de sensaciones que el terapeuta debe equilibrar.
Brindar un ambiente de bienestar
Un entorno tranquilo, limpio y con la luz adecuada es necesario para lograr que la persona se sienta cómoda y relajada. De este modo, terapeuta y usuario logran acompasar la respiración con un ritmo calmo y continuo que aminore el malestar y aporte un mejor resultado.
Responsabilidad
El quiromasajista es el primero en huir de dar falsas expectativas o querer ir más allá de su formación. Si detecta cualquier situación que excluya de forma relativa o absoluta la práctica del quiromasaje, informa al usuario y recomienda la consulta al profesional más adecuado.
¿Qué nos aporta un buen quiromasaje?
Son muchas las razones para regalarnos un buen quiromasaje. La práctica habitual de esta terapia manual nos ayuda a cuidar el cuerpo y a liberarnos del estrés y la rutina cotidiana, encontrando un tiempo precioso que nos dedicamos a nosotros mismos.
Nos carga las pilas renovándonos en cuerpo y alma. Y el quiromasajista es el profesional que logra todo ello.