La periostitis tibial es una afección común en los corredores, especialmente entre aquellos que entrenan y compiten en largas distancias. Los corredores de fondo junto a los bailarines o los jugadores de fútbol son los deportistas más afectados pero no los únicos. Las personas que pasan muchas horas en pie también lo padecen de manera frecuente.
El dolor en las espinillas o, en términos médicos, síndrome de sobrecarga tibial medial, es muy molesto y puede ir acompañado de otras molestias. Además, si no se pone remedio, puede llegar a ser continuo y dar lugar a una fractura por sobrecarga.
En este artículo, repasamos qué es la periostitis tibial, cuáles son los factores de riesgo y la sintomatología, las causas de esta afección y cual es la terapia de masaje adecuada para relajar la zona afectada y favorecer la recuperación.
Índice
Periostitis tibial: ¿Qué es?
La periostitis tibial es la irritación e inflamación del periostio, la membrana de tejido conectivo fibroso que recubre la tibia por su superficie externa y la conecta con los músculos gastrocnemios, el tibial anterior y posterior y los peroneos.
El término periostio deriva de los antiguos vocablos griegos περί (peri) y ὀστέον (osteo) y significa alrededor del hueso. Es una membrana dura, fibrosa y vascularizada que cubre y protege las superficies externas del hueso y es donde se insertan los músculos. Consta de dos capas:
- Una capa externa y fibrosa encargada de nutrir al hueso
- Una capa interna que contiene células encargadas del crecimiento y la renovación ósea
La mayor afectación suele darse en la cara anterointerna de la tibia, sobre todo en el tercio inferior. No obstante, el dolor puede extenderse más arriba, casi hasta la rodilla.
Síntomas de la periostitis tibial
Los síntomas de la periostitis tibial son dolor a lo largo del borde de la tibia, sensación de ardor y sobrecarga en los gemelos. Normalmente, estas molestias y dolores aparecen al comenzar la práctica del ejercicio y aumentan gradualmente al incrementar el ritmo, calmándose al bajar la intensidad o al dejar de ejercitarse, aunque, con el paso del tiempo, el malestar continúa aún estando en reposo. Otros síntomas son palpitaciones o hinchazón leve en la parte baja de la pierna.
En muchas ocasiones el médico pide alguna prueba de diagnóstico por imágenes para descartar la existencia de alguna otra patología, como tendinitis, fractura por sobrecarga o síndrome compartimental crónico por ejercicio.
Factores de riesgo
Es evidente que las personas que corren de forma habitual son candidatos a padecer esta patología, aún más si concurren uno a más de los siguientes factores de riesgo:
- Correr habitualmente en superficies duras como el asfalto o sobre terrenos irregulares.
- Forzar la rotación de la cadera.
- Cambios súbitos de la duración, la frecuencia, el ritmo o la intensidad del entrenamiento.
- Falta de fortaleza muscular específica.
- Emplear un calzado inadecuado con poca amortiguación o demasiado gastado.
- No realizar calentamiento previo al ejercicio.
- Tener los pies planos o el arco plantar demasiado alto.
Posibles causas que producen la periostitis tibial
La periostitis tibial es consecuencia de un esfuerzo excesivo y repetido del músculo y el tejido óseo. La sobrecarga produce una serie de microrroturas en el periostio tibial que provocan la inflamación del tejido.
De hecho, no hay una única causa, pues son muchas las situaciones que pueden dar lugar a esta lesión. Además de la práctica deportiva, llevar un estilo de vida o una alimentación poco saludable, conducir o pasar demasiadas horas de pie o andando favorecen la periostitis tibial.
Vistos los factores de riesgo y las posibles causas, las medidas preventivas son evidentes:
- Calzar zapatillas deportivas adecuadas y cambiarlas cuando sea necesario.
- Utilizar soportes para el arco plantar o plantillas para la absorción de los impactos.
- Entrenar y reforzar la musculatura de las piernas.
- Evitar el exceso en los entrenamientos.
- En caso necesario, realizar un estudio de la pisada puede determinar defectos posturales o biomecánicos.
- Para quienes pasan muchas horas de pie o andando, es recomendable el uso de un calzado que sujete bien el pie y amortigüe el impacto.
Terapia de masaje para aliviar la periostitis tibial
Una vez diagnosticada la periostitis tibial, la primera medida es el descanso, el cese temporal del motivo que la ha causado. En el caso de los deportistas, no se trata de no ejercitarse, sino de escoger otra disciplina como la natación o la bicicleta estática.
La crioterapia y el kinesiotaping ayudan a reducir la inflamación, mejoran la sujeción y relajan la zona.
El masaje perióstico de Vogler-Kraus o masaje de fricción periostática es una técnica de masaje desarrollada por los doctores alemanes P. Vogler y H. Kraus en la década de 1940. Se trata de una terapia neurorefleja cuyo objetivo es eliminar las alteraciones alrededor del periostio, trabajando directamente sobre el punto de máximo dolor para deshacer los nódulos que produce la periostitis.
Además de actuar directamente sobre el periostio, actúa también de forma refleja sobre el sistema nervioso autónomo y cerebro-espinal de la metámera correspondiente. De ahí la denominación de reflejo de Vogler.
Como es el masaje Vogler-Krauss
El masaje Vogler-Krauss es una terapia de masaje reflexógena basada en la localización de los puntos más sensibles del periostio y la aplicación directa de presión sobre ellos, de manera rítmica y creciente.
Es aconsejable alternar la presión sobre varios puntos con el fin de ir mitigando el dolor gradualmente, sin insistir en un solo punto doloroso. Igualmente, se evitará presionar sobre los grandes troncos venosos o arteriales y los troncos nerviosos para no intensificar el dolor neurálgico.
La aplicación comienza con la localización de los puntos de dolor. Se presiona sobre la zona hiperálgica aumentando la intensidad hasta sentir el hueso. Las presiones han de ser lentas, enérgicas y, como hemos indicado, progresivas hasta un límite de dolor tolerable, momento en el que se cesará la presión también de manera lenta.
Para ejecutar las presiones puede emplearse el dedo medio o el pulgar, así como los nudillos interfalángicos proximales del segundo o tercer dedo, sin resbalar nunca sobre la piel y acompañando la presión de un leve movimiento circular lento, breve y apenas apreciable.
La aplicación del masaje Vogler-Krauss o masaje de fricción periostática tiene un efecto analgésico y descontracturante de la musculatura más próxima.
La periostitis tibial es una afección dolorosa e incapacitante. Antes de reanudar el ejercicio habitual tienen que pasar al menos dos semanas sin dolor. La vuelta a la rutina deportiva debe realizarse de manera gradual, comenzando con un nivel más bajo de intensidad que antes.
Un hombre muy ocupado para cuidar de su salud es como un mecánico muy ocupado por cuidar sus herramientas.» Proverbio español