La dermatitis atópica es una enfermedad crónica que afecta física, psicológica y emocionalmente, tanto a las personas afectadas como a su entorno. El aspecto de la piel y la picazón constante provoca nerviosismo, irritabilidad, trastornos del sueño y baja autoestima en muchos de los casos.
Es importante abordar esta afección de manera integral y las terapias naturales y manuales pueden ayudar mucho en esta labor. Estas terapias siempre contemplan a la persona desde todas sus dimensiones y enfocan las soluciones de forma multidisciplinar.
En el caso de la dermatitis atópica, las terapias ofrecen una forma respetuosa y no invasiva de prevenir y aliviar los brotes y cuidar el aspecto de la piel. Todo ello redunda en un beneficio integral, pues la persona se siente y se ve mejor y tiene en su mano las herramientas necesarias para cuidarse.
Índice
Qué es la dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria que afecta a las capas superficiales de la piel. Se presenta en forma de brotes de manchas rojas (eccema), sequedad y descamación de la piel y un picor intenso que causa un rascado descontrolado. El rascado continuo puede acabar produciendo heridas en los eccemas y existe el riesgo de infección. Es una afección no contagiosa y habitualmente asociada a asma, rinitis y alergias alimentarias.
Aunque se desconoce la causa exacta que desencadena la aparición de esta afección, sí se sabe que intervienen factores genéticos, inmunológicos y ambientales que dan lugar a una respuesta exacerbada del sistema inmune.
En las sociedades industrializadas, esta enfermedad se ha triplicado en los últimos treinta años y afecta al 10% de los adultos y al 30% de los niños. La falta de exposición a infecciones durante la infancia, a causa de las medidas higiénicas cotidianas en los países más avanzados, es uno de los factores de riesgo. Otros agentes implicados son la contaminación ambiental, el hábito del tabaco y el uso de jabones y productos cosméticos que incluyen componentes agresivos para la piel.
En los adultos, la localización más habitual de las lesiones eccematosas suele ser la nuca y la parte de atrás de brazos y piernas.
El tratamiento estándar es el uso de corticosteroides, antihistamínicos, pomadas inmunosupresoras para disminuir la respuesta del sistema inmunitario y, en ocasiones, antibióticos.
El invierno es una de las épocas en las que los afectados sufren más recidivas debido al frío y la sequedad de la piel, sin embargo existen remedios naturales que pueden aliviar y prevenir los brotes. Te lo contamos.
Cómo afecta el frío a la piel
El frío es percibido por las células de la epidermis como una agresión, generando una respuesta del sistema inmune y la liberación de determinadas sustancias, como la histamina, que producen el picor.
Las fibras nerviosas situadas en la piel recogen los estímulos que se producen y envían la señal hasta el cerebro, donde existen neuronas específicas para gestionar la sensación de picor.
Como inciso diremos que hasta hace unos años se creía que la gestión del picor y el dolor era realizada por las mismas neuronas, hasta que en el año 2007, un equipo de científicos de la Universidad de Washington descubrió la existencia de células nerviosas dedicadas exclusivamente a gestionar la sensación de picor.
Además, el frío provoca una vasoconstricción en los capilares y disminuye la irrigación. En consecuencia, disminuye el aporte de oxígeno y nutrientes a las células de la epidermis, las cuales ralentizan su renovación, acumulando toxinas y células muertas que impiden que la secreción de las glándulas sebáceas alcance las capas más superficiales para mantenerlas lubricadas y protegidas. Por si esto fuera poco, el invierno es una época en que se suele beber menos agua pues se reduce la sensación de sed, con lo que cuesta más mantener a nuestras células bien hidratadas. Debido a todo ello, la piel se seca y sensibiliza, volviéndose más áspera y ofreciendo un aspecto enrojecido. Para las personas con predisposición a la atopia, es el escenario ideal para la aparición de la inflamación y la descamación de la piel.
Terapias naturales para prevenir y aliviar la dermatitis atópica
Las terapias naturales y manuales te ayudan a cuidar tu salud y bienestar de manera eficiente y no invasiva. Te indicamos las más adecuadas para aliviar y prevenir la dermatitis atópica.
Reflexología podal
Como hemos comentado, la dermatitis atópica está vinculada a otras afecciones como el asma, la rinitis y las alergias, todas ellas relacionadas con un sistema inmune alterado que responde de forma exagerada a la acción de agentes intrínsecos y externos que percibe como agresión.
Es necesario fortalecer el sistema inmunológico y la reflexología podal lo hace desde tres frentes:
- Activa el sistema inmunológico para que la persona esté más fuerte.
- Trabaja todos los puntos glandulares para que estén en armonía los sistemas glandulares y hormonales.
- Activa el sistema nervioso para devolver el equilibrio psicológico y emocional.
La reflexología podal es una gran aliada para prevenir y aliviar la dermatitis atópica y sus síntomas.
Fitoterapia
Son muchos los remedios naturales derivados de las plantas que podemos utilizar para cuidar y mejorar el estado de la piel afectada por dermatitis atópica. Estos son algunos de ellos.
- La avena es uno de los remedios más conocidos y efectivos para calmar la irritación y el picor de la piel. Este cereal posee propiedades nutritivas, antioxidantes y antiinflamatorias. Hierve avena o salvado de avena y deja que enfríe unos minutos. Empapa una compresa y aplícala sobre la zona afectada.
- El aceite de onagra. Gracias a su alto contenido en ácidos grasos esenciales Omega 6 (ácido γ-linolénico y ácido linolénico) se le atribuyen propiedades terapéuticas que reparan y estabilizan la capa más externa de la piel con dermatitis atópica. Además aumenta su resistencia contra alérgenos y sustancias irritantes.
- La levadura de cerveza es otro de los remedios más eficaces para prevenir y paliar los brotes de dermatitis atópica por sus propiedades depurativas. Para conseguir el máximo beneficio es necesario tomarla a diario.
- El aloe vera es una de las mejores plantas para la piel. El gel que se extrae de sus hojas se aplica directamente efectuando un suave masaje en las zonas afectadas por la dermatitis.
- La calaguala posee propiedades antiinflamatorias y regeneradoras. En forma de extracto contribuye a la creación de nuevas células y a equilibrar los parámetros bioquímicos alterados.
- La bardana es muy conocida por sus propiedades depurativas que eliminan toxinas de la dermis, siendo muy recomendada para los problemas de la piel muy sensible y reactiva.
- La fumaria favorece la eliminación de la histamina a través del hígado y los riñones. Ejerce una acción depurativa y antiinflamatoria.
- El aceite de borraja reduce la inflamación de la piel con problemas de atopia gracias al alto contenido en ácido gamma- linolénico (GLA) de sus semillas.
- Reishi. Este hongo de sabor extremadamente amargo tiene la virtud de estimular el sistema inmune y la formación de defensas gracias a su contenido en betaglucanos. Otro de sus componentes, los ácidos ganodéricos, le confieren propiedades como antihistamínico natural, ayudando a inhibir los mediadores químicos de la inflamación y, por tanto, la liberación de histamina.
- Cúrcuma. Entre sus muchas bondades, destaca la acción antiinflamatoria, antimicrobiana y depurativa, contribuyendo a depurar a través del hígado las toxinas y sustancias que dañan la piel.
Consulta a tu fitoterapeuta de confianza acerca de estos remedios. Te indicará cual es el formato más adecuado, la dosis que debes tomar y durante cuánto tiempo para obtener la máxima eficacia.
Cuídate: otros consejos para mantenerla a raya
Junto a la toma o aplicación de los remedios naturales, te aconsejamos algunas pautas que te ayudarán a lidiar con este molesto trastorno dérmico:
- Evita el estrés. Diversas investigaciones asocian la ansiedad y el estrés con la exacerbación de los síntomas en la dermatitis atópica. La mayor liberación de hormonas como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina causan una respuesta del sistema inmune que se manifiesta en la piel, causando la aparición o el agravamiento de los brotes de dermatitis atópica. La terapia de masaje puede ayudarte mucho a liberar el estrés.
- Utiliza ropa de fibras naturales. Evita los tejidos sintéticos y las prendas demasiado ceñidas.
- Realiza duchas cortas sin agua demasiado caliente, pues ayuda a destruir, aún más, la capa protectora de lípidos.
- Hidrata la piel diariamente con productos adecuados para pieles atópicas.
- Evita los cambios bruscos de temperatura. No abuses de la calefacción en los interiores y abrígate al salir al exterior.
- Bebe suficiente agua para ayudar a mantener tu piel bien hidratada.
- Sigue una dieta sana y equilibrada evitando los alimentos con alto contenido en histamina y también los alimentos grasos, ácidos o azucarados y opta por aquellos que tengan un efecto antiinflamatorio natural.
El uso de algunos medicamentos como las cremas con corticoides pueden perjudicarnos y agravar las lesiones que pretendemos aliviar.
Adoptar hábitos sanos y optar por las terapias naturales y manuales es una opción que está en tu mano.
El arte de la medicina consiste en mantener al paciente en buen estado de ánimo mientras la naturaleza le va curando”. (Voltaire – Escritor, historiador, filósofo y abogado francés)