Popularmente conocida como “tirón”, la elongación muscular es una distensión súbita del músculo que produce un dolor intenso y obliga a parar la actividad.
Se trata de una lesión catalogada como leve y es una de las más habituales en la práctica deportiva. En este artículo, te explicamos por qué ocurre y cómo intentar prevenirla.
Índice
Breve repaso a la estructura del músculo
El músculo es el elemento motor del sistema musculoesquelético. El tejido muscular tiene la capacidad de contraerse y relajarse para poder realizar un trabajo mecánico de movimiento.
Los tipos de tejido muscular son los siguientes:
- Tejido muscular liso. Está formado por células fusiformes de control involuntario. Se localiza en las paredes de los órganos cuyas funciones están reguladas por el sistema nervioso autónomo o vegetativo (SNA).
- Tejido muscular estriado. Está constituido por fibras largas rodeadas por su propia membrana celular. Distinguimos entre el tejido estriado cardíaco (inervado por fibras que parten del tejido nervioso autónomo movimiento involuntario) y el tejido estriado esquelético, inervado por fibras originadas en el sistema nervioso central y capaz de producir movimiento voluntario. A excepción de algunos pocos (por ejemplo, lengua u ojos), este tejido está unido al hueso a través de tendones.
La estructura muscular es un entramado de células o fibras musculares compuestas por miofilamentos proteicos de actina y miosina que constituyen la fibra muscular (unidad contráctil del músculo).
Cada una de estas fibras musculares está envuelta por una capa de tejido conjuntivo, endomisio. Varias fibras forman fascículos, cada uno de ellos envuelto por otra capa, el perimisio. El conjunto de todo ello está recubierto por el epimisio.
Estos recubrimientos se unen al final del músculo para formar el tendón, que es la zona por donde el músculo se inserta en el hueso y no tiene capacidad contráctil.
Las miofibrillas que forman las fibras musculares están compuestas por varias unidades contráctiles denominadas sarcómeros.
¿Qué es una elongación muscular?
La elongación muscular es una lesión leve dada por un excesivo estiramiento de las miofibrillas que forman el vientre muscular, provocando una distensión y microdesgarros aunque sin rotura de la fibra.
Por grado de gravedad, la elongación muscular sigue a la contractura y es el primer grado de distensión, seguida por la rotura muscular parcial y total.
¿Por qué ocurre y cuáles son los síntomas de la elongación muscular?
La causa más común es el paso de una contracción concéntrica a una contracción excéntrica de forma demasiado rápida, de manera que se produce un desequilibrio muscular.
Es una lesión habitual que se da más frecuentemente en la unión miotendinosa de los músculos, un área que soporta el esfuerzo de la transmisión de la fuerza contráctil del músculo al tendón.
Los músculos poliarticulares, con alta proporción de fibras rápidas, son los más afectados.
Ejemplo: una contracción repentina y veloz del cuádriceps puede causar una elongación en los músculos isquiotibiales.
Uno de los deportes con más incidencia en este tipo de lesiones es el fútbol, afectando sobre todo a los músculos isquiotibiales, los aductores, el recto anterior y el gastrocnemio.
Otros factores que favorecen esta lesión son:
- Calentamiento inadecuado de la musculatura.
- Fatiga muscular.
- Aceleración y desaceleración demasiado rápida.
- La humedad, las altas temperaturas o la falta de hidratación son circunstancias que incrementan el riesgo.
- Falta de elasticidad muscular.
El dolor y la rigidez que impiden continuar el ejercicio, son los síntomas característicos al ocurrir la lesión.
La funcionalidad se ve comprometida al intentar contraer o estirar el músculo afectado. En muchas ocasiones, se genera una contractura refleja de protección.
El tirón o elongación muscular es una afección leve y el músculo afectado suele recuperarse totalmente en un plazo de cinco a diez días.
Nada más ocurrir la lesión, es necesario parar y aplicar frío, algo que continuaremos realizando varias veces durante las 48 o 72 horas posteriores para bajar la inflamación. Igualmente, se debe guardar reposo para no agravar más la lesión.
Transcurrido ese tiempo, es conveniente comenzar a practicar contracciones isométricas para activar la circulación e ir recuperando el rango de movimiento de forma paulatina y controlada.
Una terapia de masaje drenante con amasamientos muy suaves y movimientos hacia arriba ayudará a eliminar residuos metabólicos.
Conforme disminuya el dolor y avance la recuperación, se incluyen estiramientos activos, contracciones concéntricas y ejercicios excéntricos.
Medidas preventivas para evitar una elongación muscular
Podemos prevenir las elongaciones y otras lesiones musculares llevando a cabo algunas medidas de prevención:
- Realizar un calentamiento adecuado antes de la práctica deportiva con especial atención a la zona muscular más requerida en cada deporte.
- Ejercitar el desarrollo muscular de todo el cuerpo para evitar asimetrías y descompensaciones musculares.
- Incorporar los estiramientos activos a nuestra rutina deportiva para aumentar la flexibilidad y el rango de movimiento articular posibilitando que la musculatura aproveche toda la aplicación de su fuerza realizando el movimiento completo, sin acortamientos.
- Hidratación y dieta adecuadas.
- No entrenar en exceso y respetar los tiempos de recuperación tras el esfuerzo.
- Incluir una terapia de masaje deportivo, movilizaciones y estiramientos en nuestros hábitos de cuidado. Acudir de manera periódica a un quiromasajista especializado en este tipo de masaje es una excelente forma de preparar, mantener y recuperar la musculatura.
La elongación muscular puede ser un aviso de otras lesiones más graves como la rotura de fibras. Por ello, es importante prevenirla y, si ocurre, tratarla debidamente hasta la total recuperación.
Si no te preparas, estás preparado para fallar» (Mark Spitz)