La adquisición del esquema corporal es un proceso que se desarrolla a lo largo de la infancia y que permite al niño conocer su propio cuerpo e interactuar con el entorno. Es importante que esta adquisición sea la adecuada para evitar problemas a nivel en las áreas motriz, perceptiva y afectiva.
Uno de los muchos beneficios de la práctica del masaje infantil es su gran valor en la construcción del esquema corporal.
Índice
Concepto de esquema corporal
La noción de esquema corporal se refiere a la conciencia de nuestro propio cuerpo. Es un concepto que adquirimos principalmente en la infancia, a partir de los movimientos y sensaciones que vamos experimentando.
Desde muy pequeños, a través de las sensaciones vamos conociendo las distintas partes del cuerpo, la relación que existe entre ellas y también la que se establece con respecto al entorno, es decir, a las personas, objetos y el espacio en el que estamos, tanto en movimiento como estando quietos.
El neurólogo francés Pierre Bonnier fue el primero en hablar de esquema corporal. En su libro Le vertige (1904) definió el esquema corporal como una figuración topográfica de la corporalidad. Hasta ese momento, se tenía en cuenta la percepción del propio cuerpo a partir de las sensaciones proporcionadas por los órganos internos (interocepción), sin que intervinieran las experiencias sensoriales obtenidas a partir de los sentidos del olfato, oído, tacto y vista.
La noción de Bonnier va más allá al tener en cuenta la configuración espacial, los estímulos exteriores y las respuestas del propio cuerpo. A partir de esta nueva concepción del esquema corporal han sido varios los autores reconocidos que han redefinido el concepto:
- Henry Head, neurólogo especialista en la investigación sobre la sensibilidad nerviosa en la piel y destacado por su contribución a la creación de los mapas de dermatoma, habla de la referencia que permite construir un modelo postural de nosotros mismos según la posición en el espacio, los movimientos e interacciones con el entorno.
- Paul Schilder, neurólogo, psiquiatra y psicoanalista, establece que el esquema corporal se construye a partir de la información de los sentidos exteroceptivos, propioceptivos e interoceptivos, a lo que suma las experiencias.
- Jean Le Boulch, especialista en rehabilitación funcional y psicomotricidad, habla del esquema corporal desde una intuición global en función de la interrelación entre las partes y su relación con el espacio y los objetos que nos rodean.
En definitiva, el esquema corporal es la imagen que formamos en nuestro cerebro a partir de las sensaciones y experiencias, sobre todo en la infancia. Y, en base a este dibujo establecemos nuestros movimientos y nos relacionamos socialmente y con el entorno.
Seguidamente, explicamos cómo se elabora este dibujo y porqué es tan importante.
Cómo elaboramos el esquema corporal
La construcción y asimilación del esquema corporal es un proceso largo que se inicia con el nacimiento y culmina alrededor de los 11 o 12 años. Este proceso sigue las leyes de la maduración nerviosa:
- Ley cefalocaudal. Se desarrollan desde la cabeza hasta los pies, de ahí que sostienen primero la cabeza.
- Ley proximodistal. Desde el eje central del cuerpo hasta la punta de los dedos.
Este desarrollo depende de la maduración y de las experiencias. El bebé comienza percibiendo partes de su cuerpo como sus manos y pies. Los explora y se los lleva a la boca. Asimismo, llama su atención el movimiento de las partes más dinámicas de los demás, como las manos y los ojos.
Alrededor de los seis meses empieza a ser consciente de los movimientos y de la posición de las diferentes partes de su cuerpo (sistema propioceptivo), identificando como propios tanto los elementos (manos, pies, …) como el movimiento que realiza con ellos.
Más adelante, el lenguaje contribuirá como elemento clave a identificar cada una de las partes del cuerpo interiorizando su significado, al igual que hará con los elementos del entorno.
Elementos integrantes del esquema corporal
Son cinco los elementos necesarios para una óptima elaboración del esquema corporal.
- El control tónico postural. El niño controla su cuerpo y adopta las posturas correctas según la actividad y el entorno. Se regula con el conocimiento, el control muscular, el equilibrio y la coordinación para adaptar los movimientos voluntarios a los objetivos que se desea conseguir.
- La relajación. Es un elemento fundamental para que el niño adquiera el control emocional a través de la interiorización del esquema corporal, el distinto tono muscular, en tensión y relajado, y tome conciencia de la respiración.
- La respiración. El niño logra controlar la inspiración y la espiración. Va ligada al control emocional, a la percepción del tono muscular y a la relajación muscular, global y segmentaria.
- La lateralidad. Es la preferencia en el uso de una mitad lateral del cuerpo respecto a la otra.
- El desarrollo sensorial. Se refiere a la maduración de los receptores sensitivos hasta ser capaces de percibir e interpretar las sensaciones e informaciones que le llegan (direcciones, distancias, peso,…) Para ello es necesario el aprendizaje del lenguaje hablado, escrito y el corporal.
Clasificaciones de las etapas de adquisición del esquema corporal
Existen diversas clasificaciones acerca del desarrollo de la adquisición del esquema corporal.
Pierre Vayer, referente mundial en el campo de la psicomotricidad, estableció las siguientes etapas:
- De 0 a 2 años. Periodo maternal. Primeras coordinaciones y relación madre-hijo.
- De 2 a 5 años. Periodo global. Exploración, adquisición y autoafirmación de uno mismo.
- De 5 a 7 años. Periodo de transición. Control del cuerpo.
- De 7 a 12 años. Elaboración definitiva del esquema corporal. Mayor autonomía y colaboración con los demás.
También Jean Le Boulch elaboró su propia clasificación del proceso:
- De 0 a 3 años. Etapa del cuerpo vivido. No se diferencia entre lo afectivo y lo cognitivo. No se controlan las emociones. En este periodo se adquieren dos habilidades fundamentales como son la marcha y el lenguaje.
- De 3 a 7 años. Etapa del cuerpo discriminado. El niño es capaz de percibir y dirigir su atención al cuerpo en su totalidad o bien sobre cada una de las partes. En esta etapa se afirma la lateralidad.
- De 7 a 12 años. Etapa del cuerpo representado. El niño logra la representación mental de su cuerpo también en movimiento, adquiriendo gran independencia en sus acciones.
Importancia de una correcta asimilación del esquema corporal
La correcta asimilación del esquema corporal es fundamental para poder interactuar con el entorno, adaptando las acciones y movimientos a los propósitos. Dicho de otro modo, la adquisición mental de un buen esquema corporal permite organizar la información que se recibe tanto del interior (respiración, dolor, …), como del exterior (a través de los diversos sentidos) para poder expresarnos física, intelectual y afectivamente.
Solo si se adquiere una imagen precisa y apropiada del esquema corporal durante la infancia, seremos capaces de realizar las acciones adecuadas a los objetivos, utilizando de forma correcta cada una de sus partes y conociendo sus limitaciones.
Qué comporta una deficiente elaboración del esquema corporal
Un esquema corporal mal elaborado implica una serie de deficiencias en la interacción entre el niño y el entorno, afectando en diferentes áreas:
- Área motriz. Un inadecuado concepto del esquema corporal suele conllevar una mala coordinación, disociación en los gestos, lentitud en la ejecución de una acción y torpeza de movimientos. La alteración en la organización del esquema corporal impide un total control del cuerpo y una adecuada disponibilidad motriz.
- Área perceptiva. El propio cuerpo es la referencia estable desde la que nos relacionamos con el entorno. Una incorrecta evolución de la propia percepción corporal afecta a las capacidades de orientación espacio temporal y aprendizaje.
- Área afectiva. Las experiencias inciden en el estado emocional y en la expresión de los sentimientos. Las deficiencias en el área motriz y en el área perceptiva conllevan dificultades para relacionarse con el entorno, generando inseguridad y una baja autoestima que anulan el potencial y condicionan la aparición de trastornos psicofisiológicos.
Aportación del masaje a la correcta construcción del esquema corporal
Abordamos en este punto los beneficios del masaje en la correcta construcción del esquema corporal. Uno de los muchos beneficios que aporta recibir periódicamente un masaje es el desarrollo de una mayor percepción acerca de la armonía de nuestros movimientos. El incremento de la sensibilidad que produce el masaje nos hace ser más conscientes de nosotros mismos, influyendo en nuestro estado psicológico y emocional y, en consecuencia, en la interacción con todos y todo lo que nos rodea.
El masaje es una poderosa herramienta para el autoconocimiento desde una perspectiva integral. Nuestros pensamientos, emociones, postura y movimientos se traducen en problemas físicos que, en muchas ocasiones, no se justifican con un problema estructural.
El masaje infantil permite establecer una comunicación con los bebés cuando aún están lejos de desarrollar el lenguaje y proporciona valiosos beneficios para su desarrollo en todos los niveles: fisiológico, sensorial, emocional y afectivo.
Beneficios a nivel fisiológico
Durante los primeros años de vida y a lo largo de la infancia, el tacto es el principal sentido para recibir e integrar la información del entorno. El sentido del tacto se inicia en la piel, el órgano más amplio y pesado del cuerpo humano, con el mismo origen embriológico común que el cerebro: el ectodermo. El tacto favorece la mielinización de las células nerviosas, lo que se traduce en una transferencia más rápida de las señales eléctricas y la comunicación entre neuronas.
El masaje fortalece el sistema inmunológico del bebé y ayuda a madurar y regular los sistemas gastrointestinal y respiratorio. El masaje es beneficioso para los niños con asma, gracias a su efecto vasodilatador.
La práctica habitual del masaje actúa también sobre el sistema muscular con un efecto relajante y tonificante.
Beneficios a nivel sensorial
El masaje favorece el conocimiento de la dimensión y el espacio del cuerpo en relación a sus propios límites y al entorno y lo hace de forma placentera, fomentando la aceptación y la autoestima.
La piel está inervada por diversos subtipos de neuronas especializadas en captar y transmitir los estímulos sensoriales. El sistema somatosensorial permite percibir los estímulos y experimentar múltiples sensaciones táctiles, proporcionando la capacidad de reconocer estructuras, manipular objetos e interactuar socialmente.
Beneficios a nivel emocional
El masaje proporciona un equilibrio entre la tensión y la relajación. El estímulo táctil, acompañado de otros estímulos (auditivos, visuales, …) impulsa los procesos de aprendizaje y memorización. A la vez, le permite liberar la tensión acumulada cuando es excesiva y aumenta el umbral de soporte de estímulos, respondiendo con la relajación.
El masaje también es una vía de liberación emocional. En ocasiones, el niño responde con llanto al contacto sin una razón fisiológica o de rechazo, sino como modo de liberarse del estrés acumulado.
Beneficios a nivel afectivo
El masaje refuerza el vínculo afectivo y construye una relación de comunicación que incide positivamente en su desarrollo psicoemocional a lo largo de la infancia.
El masaje contribuye a la toma de conciencia del cuerpo, de manera global y segmentada. Favorece la percepción sensorial, el control respiratorio, la capacidad de inhibición voluntaria del movimiento y disminuye las tensiones físicas y emocionales. A los niños con dificultades o ausencia de vista o audición, el masaje ayuda a elaborar el esquema corporal, mejorando el equilibrio, la coordinación, la comunicación y la socialización. El masaje infantil ayuda a los niños con trastornos del espectro autista a procesar la información sensorial y mejorar la interacción social.
Si observamos cómo dibujan la figura humana los más pequeños, nos damos cuenta que suelen hacer una cabeza muy grande con unos ojos también grandes, las manos y los pies. Alrededor de los cuatro años, incorporan el cuerpo y las extremidades.
Los niños pequeños representan la figura humana según la imagen que tienen de su propio cuerpo y de la relación de éste con el entorno.
El masaje infantil es una práctica antiquísima, actualmente cada vez más valorada por los muchos beneficios que aporta. El masaje infantil es excelente para ayudar a los niños a conocer su cuerpo y establecer un correcto esquema corporal.
El dominio corporal es el primer elemento del dominio del comportamiento» (Jean Le Boulch)