Las manos de una madre acariciando la barriguita de su bebé o frotando la rodilla de un niño que se ha caído en el parque son imágenes que podemos observar de forma habitual. Ambas acciones son la herencia ancestral de un gesto que se remonta a los orígenes del ser humano.
Cuando frotamos la piel para calmar un malestar o aliviar el dolor de un golpe estamos realizando un masaje. La práctica del masaje trae muchísimos beneficios para todos, adultos y menores, y es una rutina integrada en el día a día de muchas culturas orientales.
En la sociedad occidental el masaje se concibe de una forma más puntual, aunque cada vez son más las personas que se apuntan a integrar en el cuidado de su salud esta saludable costumbre.
El masaje para bebés y niños contribuye a su desarrollo físico y mental. Te lo contamos.
Índice
Pequeña historia del masaje infantil
En países como la India o China, la cultura del masaje se aplica desde el principio de la vida. Los bebés reciben masajes como forma de reforzar el vínculo afectivo, nutrir su piel y promover su bienestar.
En Occidente, la práctica de este masaje empezó a conocerse gracias a Frederick Leboyer, un obstetra y ginecólogo francés, que fue el primer profesional de la medicina en estudiar cómo el ambiente emocional del nacimiento puede producir un impacto traumático en la vida del individuo. Leboyer fue muy crítico con las condiciones en que se desarrollan los partos en los hospitales occidentales y divulgó técnicas como la inmersión de los recién nacidos en agua tibia para ayudarles a integrarse de manera suave en el mundo exterior.
En un viaje a la India, Leboyer contemplo como una madre acariciaba y masajeaba el cuerpecillo de su bebé en el suelo de las calles de Calcuta. Las manos de la mujer se desplazaban con movimientos suaves y armónicos, estableciendo un vínculo físico y mental perfecto con el pequeño. El médico francés quedó fascinado y pidió a la madre que le enseñara para poder compartirlo con otras madres del mundo.
De vuelta a su país, escribió sobre ello y lo llamó masaje Shantala, el nombre de aquella mamá. Años después, en la década de 1.970, fue la estadounidense Vimala Schneider McClure quien, mientras estudiaba y trabajaba en un orfanato en la India, observó cómo las madres masajeaban a sus bebés para calmarlos o cuando estaban enfermos.
Tras esta experiencia, Schneider fundó la Asociación Internacional del Masaje Infantil, IAIM por sus siglas en inglés, cuyas técnicas recogen las enseñanzas de la tradición hindú, el masaje sueco, la reflexología podal y estiramientos suaves de yoga para bebés.
Actualmente, el masaje infantil tiene cada vez más reconocimiento por sus beneficios, entre ellos el vínculo emocional que crea entre los padres y el bebé.
Beneficios del masaje para bebés
El sentido del tacto es el primero que se desarrolla en el feto. Hacia la semana undécima de la gestación, el bebé empieza a moverse en el útero materno explorando el entorno, al igual que hará cuando nazca, descubriendo el mundo que le rodea.
El tacto es también el primer lazo comunicativo entre la madre y el bebé, estableciendo un vínculo único que el masaje refuerza, aportando protección y cariño.
Estos son los beneficios del masaje para bebés.
- Favorece la creación de las conexiones neuronales. Al nacer, el bebé ya tiene casi todas las neuronas formadas aunque carece de las conexiones neuronales. A través de la estimulación del sentido del tacto, se activa la creación de mielina, una lipoproteína que recubre los nervios y protege el sistema nervioso, además de acelerar el proceso de transmisión de los impulsos nerviosos entre neuronas.
- Logra que el bebé respire de manera más regular. El sistema respiratorio de los bebés es inmaduro y, por ello, su respiración presenta un patrón irregular que alterna respiraciones rápidas y profundas con otras más lentas y superficiales. Además, los bebés respiran únicamente por la nariz, a un ritmo más rápido que el de los adultos y realizando pausas cíclicas. La regularidad de los movimientos del masaje y la relajación que conllevan, les ayuda a conseguir una respiración más sincrónica.
- Contribuye a que el bebé duerma de una forma más profunda y durante más tiempo.
- Colabora en el desarrollo muscular del bebé. Al nacer, todos los bebés presentan una hipotonía axial y una hipertonía de las extremidades que disminuye hasta los seis meses, permitiendo una mayor autonomía de movimiento e incrementando el tono en el tronco para que logren incorporarse y sentarse. El masaje ayuda a equilibrar el tono muscular.
- Actúa sobre el sistema gastrointestinal aliviando los cólicos y los gases y ayudando cuando hay estreñimiento al estimular la movilidad intestinal.
- El masaje proporciona tranquilidad y protección al bebé, participando en un mejor desarrollo emocional y una mayor comunicación con los padres y con el entorno.
Dar un masaje al bebé beneficia también a la persona que lo practica al establecerse una conexión de confianza y entendimiento entre ambos que transmite una afectividad única.
Beneficios del masaje para niños y adolescentes
Continuar con la práctica del masaje cuando el bebé crece sigue siendo muy beneficioso para él. Es cierto que, en la sociedad occidental, aún no ligamos a los niños y adolescentes con el masaje y solemos asociarlo más a adultos estresados o que adolecen de alguna molestia en el sistema musculoesquelético.
En otras culturas del mundo, la concepción integral del masaje forma parte de la rutina de todas las personas sin importar la edad y ello aporta muchos beneficios a todos.
A continuación, te explicamos porqué la práctica del masaje es especialmente recomendable para niños y adolescentes y les ayuda a mantener un mayor bienestar físico y mental.
- El masaje alivia dolores provocados por malos hábitos posturales o por el uso inadecuado de mochilas, dispositivos móviles y ordenadores.
- Destensa y nutre la musculatura ayudando a prevenir lesiones.
- Ayuda a niños y adolescentes a tomar más conciencia de su cuerpo y de la importancia de cuidarlo.
- Es muy efectivo para mitigar dolores de cabeza y migrañas.
- Aporta relajación y tranquilidad en casos de hiperactividad y nerviosismo.
- El niño se siente atendido y cuidado y se incrementa su autoestima y confianza en sí mismo.
- El masaje reduce los niveles de cortisol y aumenta la producción de dopamina, disminuyendo la irritabilidad y los sentimientos de ansiedad, estrés y tristeza.
- Es una herramienta muy válida como parte de los tratamientos en casos de trastornos de alimentación y/o depresión.
- Mejora la calidad y el patrón de sueño y descanso aumentando la capacidad de concentración y atención.
- Mejora los vínculos socio afectivos con su entorno desde una perspectiva más serena y consciente de la importancia del respeto y cuidado de la propia persona.
Los niños y adolescentes son mucho más receptivos a los estímulos que los mayores, lo cual incrementa los beneficios de la práctica del masaje ayudándoles a un mejor desarrollo físico, mental y emocional.
Cómo es el masaje infantil
El ambiente en el que se da el masaje es parte fundamental para lograr los máximos beneficios de esta práctica. Tanto si damos un masaje a nuestro bebé en casa como si somos profesionales del quiromasaje y vamos a efectuar una sesión de masaje para un niño o adolescente, crearemos el ambiente más idóneo para ello.
Una luz indirecta y suave, una música ambiental armónica y calma y una atmósfera cálida logran una mayor relajación y predisposición física y mental para recibir la práctica de masaje.
Usaremos aceites naturales adecuados para la edad del niño. Si es un bebé, podemos utilizar la crema o aceite habituales que aplicamos tras bañarle y aprovechar para efectuar el masaje.
En el caso de los bebés, las maniobras serán siempre de dentro hacia fuera manteniendo un ritmo suave y uniforme.
Empezamos por el pecho hacia los brazos, las manos y los dedos estirando muy suavemente. Continuamos masajeando las piernas y los pies. Acabamos el masaje en la espalda, también de dentro hacia fuera.
En caso de cólicos o gases, con las palmas hacia abajo recorremos el abdomen del bebé realizando círculos en el sentido de las agujas del reloj, presionando suavemente desde donde acaban las costillas hasta el pubis.
Con cuidado, flexionamos sus rodillas hacia el abdomen y mantenemos unos segundos. Cogemos al bebé en brazos y volvemos a realizar círculos en su abdomen.
Cuando se trata de una práctica de masaje para niños o adolescentes, el quiromasajista adecua las técnicas y maniobras a su estructura corporal y a su edad, atendiendo el motivo por el cual se efectúa la práctica, bien sea por una causa física o psicológica en concreto, o como rutina de cuidado y bienestar.
También la duración de la sesión depende de la edad y el motivo, normalmente de 30 o 45 minutos.
La aromaterapia y la reflexología son también estupendos recursos para añadir y complementar estas terapias de masaje.
Nunca es pronto para incluir la terapia del masaje en nuestra rutina de cuidado y bienestar. El masaje infantil permite al bebé y al niño establecer un vínculo de comunicación consigo mismo y con el entorno, favoreciendo un buen autoconocimiento físico, mental y emocional desde el que desarrollarse de forma íntegra y satisfactoria.
“Cogerlos en brazos, acunarlos, acariciarlos, cuidarlos, masajearlos, es alimentar a los pequeños. Y ese alimento resulta tan indispensable, o más, que las vitaminas, las sales minerales y las proteínas. Si está privado de todo esto y del olor, del calor y de la voz que tan bien conoce, el bebé, incluso saciado de leche, se dejará morir de hambre”.
“Shantala” Frédérick Leboyer