Índice
La piel y el tacto
El «sentido del tacto» de la piel es el que proporciona a nuestro cerebro mucha información sobre el entorno natural, incluida la temperatura, la humedad y la presión del aire.
Lo más importante es que este sentido del tacto nos permite no solo sentir el dolor físico, sino también la necesidad de evitar lesiones, enfermedades y peligros.
Los receptores sensoriales de la piel
Un receptor es una proteína incrustada en la membrana de una célula y encargada de recibir señales químicas o físicas del exterior de la misma. Un receptor sensorial es un tipo de receptor especializado en detectar estímulos del entorno externo y transmitir esa información al sistema nervioso. Los mecanorreceptores son un tipo de receptor sensorial que responde a estímulos mecánicos, como la presión o la vibración.
Los mecanorreceptores se encuentran en varios lugares del cuerpo, como la piel, los músculos y las articulaciones. Estos receptores sensoriales de la piel ayudan a localizar las señales táctiles y a identificar las texturas mediante el tacto. El tacto es una respuesta a la estimulación de la piel por un objeto. Las terminaciones nerviosas están ubicadas en las capas superficiales de la piel y conectadas al cerebro mediante los nervios periféricos. El tacto permite que el cuerpo responda a los peligros mediante el reflejo de retirar la mano o el pie del objeto que lo causa.
La característica más importante de un receptor sensorial es su capacidad para recibir estímulos del entorno y convertirlos en una forma que pueda ser procesada por el sistema nervioso. Este proceso de conversión se conoce como transducción.
Otra característica importante de un receptor sensorial es su ubicación específica en el cuerpo. Esto permite que diferentes tipos de estímulos sean detectados por diferentes receptores. Por ejemplo, la luz es detectada por los fotorreceptores del ojo, mientras que el sonido es detectado por los receptores auditivos del oído.
Tipos de receptores sensitivos de la piel
Existen cuatro tipos diferentes de receptores sensoriales en la piel: termorreceptores, nociceptores, mecanorreceptores y propioceptores.
Cada tipo de receptor responde a un tipo de estímulo distinto y proporciona información diferente sobre el entorno.
- Los termorreceptores responden a los cambios de temperatura y proporcionan información sobre si el entorno está caliente o frío.
- Los nociceptores responden a estímulos potencialmente dañinos, como temperaturas extremas u objetos afilados, y proporcionan información sobre el dolor y el peligro.
- Los propioceptores proporcionan información sobre la posición y el movimiento del cuerpo en el espacio.
- Los mecanorreceptores responden a la presión y la vibración, y proporcionan información sobre el tacto y el movimiento.
Hay cuatro tipos conocidos de mecanorreceptores cuya única función es percibir las indentaciones y vibraciones de la piel: los discos de Merkel, los corpúsculos de Meissner, los corpúsculos de Ruffini y los corpúsculos de Pacini.
Los mecanorreceptores más sensibles, los discos de Merkel y los corpúsculos de Meissner, se encuentran en las capas superiores de la dermis y la epidermis y generalmente se encuentran en la piel sin vello, como las palmas de las manos, los labios, la lengua, las plantas de los pies, las yemas de los dedos, los párpados y la cara.