El cuerpo humano está diseñado para el movimiento y éste es posible gracias a las articulaciones. Funcionando como bisagras, las articulaciones sirven como puntos de unión entre los componentes del esqueleto y posibilitan los movimientos mecánicos: caminar, sentarse, correr, saltar, hablar o hacer cosas con las manos.
La movilidad articular es la capacidad de movimiento de una articulación en su máximo rango posible y esta cualidad se va perdiendo con el paso de los años. Por ello, es necesario cuidar el estado de nuestras articulaciones para conservar la independencia de movimientos.
En este artículo te contamos qué factores influyen en la movilidad articular, cuáles son sus límites y qué podemos hacer para conservar una óptima amplitud de desplazamiento.
Índice
Factores que influyen en la movilidad articular
Cada articulación tiene un grado de movilidad propio que depende de varios factores anatómicos, neurofisiológicos e individuales.
Cuando hablamos de libertad de movimiento nos referimos a la amplitud de oscilación de la articulación dentro de los límites naturales. Estos límites son determinados por el tipo de movimiento:
- el movimiento activo marca el límite fisiológico
- el movimiento pasivo marca el límite anatómico
Los factores condicionantes del movimiento son los siguientes:
- Factores anatómicos y biomecánicos. Determinados por la movilidad articular y la extensibilidad muscular. La extensibilidad muscular es la capacidad de estiramiento. Cuando las fibras musculares se contraen, se acortan. Al relajarse, pueden estirarse más allá de la longitud de descanso.
- Factores bioquímicos y neurofisiológicos. Incluyen el tono muscular y la capacidad de relajación de la musculatura. El tono muscular alude a la energía potencial de un músculo. Aún en relajación, los músculos presentan una ligera contracción que limita la elasticidad y ofrece cierta resistencia al movimiento pasivo. El tono muscular está intrínsecamente relacionado con la postura y la movilidad voluntaria. La elasticidad es la capacidad que poseen las fibras musculares para acortarse y recuperar su longitud de descanso.
- Factores individuales. La edad, el género (las mujeres tienen un mayor grado de extensibilidad), la condición física y la salud.
Beneficios del mantenimiento de la movilidad articular
Conservar una buena movilidad articular a lo largo de los años es fundamental para contribuir al buen estado de las articulaciones y músculos y poder seguir efectuando los movimientos habituales de nuestras rutinas diarias.
Conservar la movilidad articular ejercitándose es tan importante como trabajar la musculatura para ganar fuerza y resistencia. De hecho, descuidar la salud de nuestras articulaciones puede provocar lesiones y desgarros musculares.
Estos son algunos de los beneficios de mantener en buen estado nuestras articulaciones:
- Favorece la óptima lubricación y nutrición del cartílago mediante el proceso de imbibición. El cartílago protege las extremidades de los huesos y asegura sus movimientos, amortiguando los golpes.
- Aleja el riesgo de sufrir lesiones y dolores musculoesqueléticos.
- La movilidad articular mejora la circulación sanguínea y, por tanto, la oxigenación y nutrición de todas las células del organismo.
- Favorece los procesos neuromusculares
Valoración de la movilidad articular
Cuando queremos evaluar el rango de movimiento de las articulaciones de una persona lo hacemos a través de movimientos angulares activos (ejecutados por la persona de forma voluntaria y sin ayuda) y pasivos (asistimos a la persona en la ejecución del movimiento sin que ésta realice movimiento voluntario alguno).
Respecto a los movimientos activos observamos:
- La amplitud del movimiento, que nos marca el límite fisiológico.
- El balance articular. Comparamos el arco de movilidad articular con su articulación simétrica para detectar posibles descompensaciones.
- El posible dolor al ejecutar el movimiento.
En cuanto a la movilidad pasiva observamos:
- La amplitud del movimiento, que nos marca el límite anatómico.
- Rigidez y dolor el las articulaciones.
- Posible anormalidad mecánica.
La exploración puede realizarse de forma aislada o combinando movimientos que impliquen varias articulaciones.
Medidas para preservar o recuperar la movilidad articular
La movilidad articular nos permite gozar de libertad de movimientos en el día a día y esto es especialmente importante conforme se cumplen años, un factor inevitable aunque adaptable a un estilo de vida sano y activo.
La actividad física es clave para mantenernos sanos física y mentalmente y tener una buena calidad de vida. Algo cada vez más relevante ante un escenario de población cada vez más envejecida.
Las personas aquejadas de alguna patología que afecte al sistema musculoesquelético también deben hacer ejercicio. En función del tipo de problemática nos indicarán cual es la actividad más idónea aunque todas ellas coinciden en intentar reforzar el sistema fortaleciendo los huesos y aumentando la fuerza y la resistencia muscular y la elasticidad de las articulaciones.
Igualmente, la nutrición juega un papel significativo en el mantenimiento de la salud en general y de la salud articular en particular.
Estos son los principales nutrientes que no deben faltar en nuestras comidas:
- Calcio. Colabora en la formación de huesos y articulaciones.
- Fósforo. Necesario para la adecuada absorción del calcio evitando su acumulación en los tejidos blandos.
- Vitamina D. Colabora en la síntesis de proteoglicanos que conservan la biomecánica del cartílago articular.
- Vitamina C. Potencia la producción de colágeno.
- Azufre. Este elemento es parte sustancial del colágeno articular y estimula la reparación articular.
- Silicio. Colabora en la síntesis de elastina y colágeno.
Un descanso suficiente y reparador, una buena hidratación y evitar el sobrepeso son hábitos indispensables para nuestra salud articular.
Integrar la rutina de masaje de forma periódica es parte del cuidado del cuerpo y la mente. El quiromasajista aplica el tipo de masaje más adecuado a nuestro estado, uniendo los beneficios del masaje en general a las indicaciones de cada masaje en particular.
El masaje de movilización articular es un buen ejemplo de ello.
Masaje de movilización articular: gana amplitud de movimiento
En este masaje, el quiromasajista manipula los tejidos blandos e incluye en la práctica del masaje estiramientos y movilizaciones articulares pasivas.
Se trata la zona afectada para lograr la libertad de movimiento de la articulación, eliminando adherencias y mejorando el posicionamiento de los elementos que componen la articulación. Asimismo, se incrementa la flexibilidad muscular y todo ello logra incrementar el rango de movimiento.
El masaje activa la circulación sanguínea, oxigenando y nutriendo los músculos y eliminando residuos.
Con los estiramientos pasivos, la musculatura se relaja y libera tensiones y posibles contracturas.
A su vez, las movilizaciones articulares, a través de movimientos mínimos de corto recorrido, logran modificar el contacto de las superficies articulares, recolocando los cartílagos y desbloqueando la articulación al eliminar sujeciones incorrectas de la cápsula articular o los ligamentos debidas a cicatrices o adherencias.
Proteger la movilidad articular es fundamental para ser libres en el movimiento y, por tanto, conservar la autonomía personal en nuestro día a día. Las técnicas manuales son una gran ayuda para conseguirlo.
¡Hay que tener valor para estar sano! Siempre estamos dispuestos a pagar a alguien para recobrar nuestra salud. En vez de eso, debemos aprender a hacerlo por nosotros mismos».
(Dr. Herbert M. Shelton, naturópata estadounidense, defensor de la medicina alternativa)