Hoy hablamos de como ayuda el quiromasaje en el abordaje de la lesión más común del codo en personas adultas: la epicondilitis.
Conocida vulgarmente como «codo de tenista», se trata de una patología de inserción o entesopatía causada por la repetición continuada y frecuente de movimientos de hiperextensión del codo y la muñeca junto a una rotación externa del antebrazo.
El quiromasaje es una herramienta muy útil para ayudar a relajar la musculatura implicada y rebajar el nivel de dolor. La aplicación de las técnicas de masaje más adecuadas junto a una serie de estiramientos contribuye y beneficia a la recuperación de esta dolorosa lesión.
Índice
Qué es la epicondilitis
La epicondilitis es una inflamación de los tendones de los músculos de la cara externa del codo que se insertan en el epicóndilo.
Esta lesión afecta a los músculos extensores de los dedos y la muñeca y a los músculos supinadores del antebrazo.
Etiología de la epicondilitis
Cuando la musculatura implicada se ve sometida a un sobreesfuerzo mantenido y reiterado se produce una tensión en los puntos de inserción de los tendones en el hueso.
Los movimientos de tracción repetidos en la entesis de los músculos extensores de la mano y la muñeca provocan microtraumatismos que generan inflamación y dolor.
La epicondilitis afecta al 1%-3% de los adultos, con una incidencia similar en ambos sexos. Su aparición es frecuente entre los 35 y 50 años y afecta habitualmente al brazo dominante.
Las causas más comunes son las siguientes:
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- Práctica de deportes de raqueta como el tenis o el squash. La epicondilitis afecta a un alto porcentaje, entre el 10 y el 15%, de quienes juegan al tenis de forma recreativa.
- Manejo habitual de herramientas manuales como los martillos neumáticos o los destornilladores.
- Realización de movimientos repetitivos en cadenas de montaje.
- Tareas cotidianas que impliquen agarre y alzado.
- Uso reiterado del ratón del ordenador.
- Traumatismo.
Sintomatología de la epicondilitis
El primer síntoma es la aparición de dolor en el codo; la zona del epicóndilo se sensibiliza y duele al realizar actividades cotidianas:
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- Levantar una taza o un envase.
- Cargar con una bolsa llena.
- Alzar el brazo para guardar un objeto en una estantería o para agarrar algo de la misma.
- Dar un apretón de manos.
- Girar las llaves para abrir una puerta.
El dolor se extiende por el antebrazo y la mano.
En la primera etapa de la lesión, el dolor desaparece con el reposo aunque si se siguen repitiendo los movimientos de forma cotidiana se acaba cronificando, de manera que se mantiene incluso en reposo e imposibilita un descanso y un sueño adecuados.
La inflamación de los tendones y de la musculatura de la zona afectada conlleva una limitación del movimiento y la pérdida de fuerza al realizar actividades que impliquen su acción.
Diagnóstico de la epicondilitis
Esta patología requiere una diagnosis clínica normalmente certificada por una prueba de imagen como la radiografía. En algunos casos, se solicita una resonancia magnética para determinar posibles desgarros o roturas o incluso alguna enfermedad de los ligamentos.
¿Cómo podemos ayudar con el quiromasaje?
Cuando se nos presenta un usuario aquejado de epicondilitis, basaremos nuestro enfoque sobre tres premisas en las que se requiere el compromiso de la persona lesionada:
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- Prevención.
- Seguimiento del tratamiento farmacológico y/o uso de ortesis prescrito por el profesional facultado para ello en base al diagnóstico.
- Protocolo de masajes específicos y estiramientos destinados a preservar y relajar la musculatura de la zona alrededor del epicóndilo.
Prevención
Por sentido común, es la primera medida que debe tomar el afectado, aunque no son pocas las veces en que no se lleva a cabo el reposo adecuado.
Para evitar el agravamiento de la lesión e iniciar una óptima recuperación es importante tomar algunas precauciones:
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- Evitar movimientos prolongados que conlleven una extensión de muñeca.
- Evitar actividades que requieran posturas forzadas de pronación y supinación que aumenten la tensión en los tendones implicados.
- En caso de continuar con la actividad laboral, es recomendable que se efectúen ejercicios suaves de calentamiento y estiramientos controlados de los músculos afectados, tanto al iniciar como al terminar la actividad.
- Utilizar un brazalete o codera de sujeción si así lo ha indicado el especialista que ha diagnosticado la lesión.
Masaje para la epicondilitis
Con la práctica del quiromasaje adecuado queremos relajar la musculatura implicada en la zona próxima a la lesión aminorando la tensión y la sobrecarga del tendón.
Trabajaremos en dirección al epicóndilo realizando pases neurosedantes, maniobras de drenaje, presiones deslizadas y punteadas, amasamientos y vibraciones.
La intensidad será media o baja al inicio de las sesiones, en función del umbral de dolor, y se pautarán de dos a tres veces por semana.
Maniobras de quiromasaje
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- Pases neurosedantes. Relajamos y tomamos contacto, disminuyendo con esta acción la sensación dolorosa.
- Maniobras de drenaje. Con el vaciado venoso ayudamos a eliminar líquidos y toxinas, favoreciendo la nutrición de los tejidos.
- Presiones punteadas trabajando pequeños puntos dolorosos localizados y presiones deslizadas en la musculatura extensora del antebrazo.
- Amasamientos digitales, palmodigitales y con los pulgares. Con estas maniobras la piel se flexibiliza y aumenta su movilidad, favoreciendo la circulación y produciendo calor en la zona.
- Vibraciones.
Como técnica complementaria al protocolo de masaje podemos aplicar el masaje transverso profundo, especialmente indicado para lesiones de tejidos blandos.
Los estiramientos y las movilizaciones también son un buen complemento. Podemos realizarlos tras el protocolo de masaje e indicar y enseñar al usuario a practicar una rutina cotidiana de autoestiramientos.
Estiramientos
Estiramientos de extensores
Con el brazo estirado y la palma de la mano en pronación se realiza una flexión palmar de la muñeca. Se mantiene unos segundos y se descansa.
Estiramientos de flexores
Con el brazo estirado y la palma de la mano en supinación, se realiza una extensión de la muñeca hasta notar algo de tensión. Se mantiene unos segundos y se descansa.
Movilizaciones
Pronosupinación del antebrazo
Se mantiene el brazo pegado al cuerpo con el codo flexionado a 90º. Se gira la muñeca hasta que la palma de la mano quede en posición de supino y se mantiene unos segundos. Seguidamente, se gira la muñeca para que la palma de la mano quede en posición de prono y se mantiene unos segundos también.
Flexo-extensión de muñeca
Sentado, se apoya el antebrazo en el reposabrazos de la butaca o en una mesa cuidando que la mano quede libre. Lentamente, se lleva la mano hacia arriba todo lo posible y se mantiene unos segundos. Seguidamente se realiza el movimiento contrario, llevando lentamente la mano hacia abajo y manteniendo unos segundos.
Cada ejercicio se repite unas 10 veces.
La epicondilitis es una lesión que requiere descanso del brazo afectado y cese de las actividades que la agravan. De otra manera, tiende a cronificarse y puede llegar a ser necesaria una intervención quirúrgica. Igualmente, la persona afectada debe seguir el precepto del facultativo que realiza el diagnostico.
El quiromasaje aporta una ayuda importante en el fortalecimiento y la relajación de la musculatura del antebrazo y de la mano.