El quiromasaje es un trabajo gratificante con el que se puede mejorar mucho la vida de otras personas. Pero también es un trabajo físicamente exigente que requiere que el quiromasajista se preocupe de su propio autocuidado. También puede ser emocionalmente exigente.
Con el tiempo, trabajar como quiromasajista puede pasar factura. Una lesión por sobre esfuerzo puede dejar al quiromasajista incapacitado para trabajar varias semanas. Y si, aun lesionado, insiste en trabajar, el problema puede complicarse mucho más.
Por ese motivo es necesario prevenir y practicar técnicas de autocuidado. Las manos son la principal herramienta de trabajo para el profesional del masaje.
Están en constante movimiento durante varias horas al día y, a través de ellas, el quiromasajista percibe las sensaciones y sutilezas de las distintas zonas corporales que trata, e identifica las irregularidades, anomalías y disfunciones de los tejidos. Su cuidado es fundamental, pero no es el único.
Índice
El estado físico y mental del masajista
Con las manos, el profesional establece una comunicación con la piel, los músculos y el resto de estructuras que conforman el organismo del usuario. Los receptores captan las intenciones de las diferentes maniobras manuales y ponen en marcha un mecanismo de respuesta, generando una cascada de reacciones sistémicas.
Todo ello sucede sin que la persona que recibe el masaje sea consciente de los cambios internos que están ocurriendo en su cuerpo y en su mente, aunque sí note los beneficios de todo ello: cuando se incorpora y baja de la camilla está relajada y se siente estirada, distendida, ligera y renovada.
No son pocas las veces en que el usuario llega a la cabina de masaje con una gran carga de estrés que le ha generado un desequilibrio psicosomático. El nerviosismo y la tensión mantenida en el tiempo anclan al organismo en un estado de alerta permanente que provoca la producción desmedida de algunas hormonas como el cortisol.
Un exceso de cortisol en sangre produce desequilibrios de la glucosa, eleva la tensión arterial, causa pérdida de masa muscular y de densidad ósea, disminuye la respuesta inmunitaria e inhibe la presencia en sangre de otras hormonas como la serotonina y la dopamina.
Toda esta vorágine fisiológica deja al individuo exhausto, cansado, con un organismo inflamado y un sistema músculo esquelético rígido, envarado y dolorido.
Si hay una característica que define y aúna al abanico de terapias manuales y naturales es, sin duda, la voluntad y capacidad de contemplar a la persona como un todo indivisible y conectado donde nada sucede porque sí.
Cuando una parte del organismo adolece de una disfunción, el resto de órganos, sistemas y estructuras no son ajenos a las causas y consecuencias que de ella se derivan.
Autocuidado para prevenir lesiones en quiromasajistas
Además de la ergonomía, el autocuidado es una parte fundamental para prevenir lesiones en quiromasajistas. El cuidado adecuado del cuerpo y la adopción de hábitos saludables pueden ayudar a mantener la salud y el bienestar físico y mental a largo plazo. Veamos las claves para conseguirlo.
Las manos
En su día a día, las manos del quiromasajista están en constante movimiento y preparadas para captar cualquier señal anómala en el tejido tratado que haga necesaria una atención especial o una técnica de masaje determinada.
Para ello, las manos deben estar en perfectas condiciones y, por tanto, es necesario que reciban los cuidados pertinentes de higiene y ejercicio.
Hábitos de higiene
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- Lavado de manos con jabón neutro.
- Secado exhaustivo para prevenir la aparición de grietas y la sequedad en la piel.
- Protegerlas del frío en invierno.
- Uso de guantes al realizar tareas cotidianas (fregar, cuidar las plantas, bricolaje, etc.) para evitar cortes, rozaduras y heridas.
- Hidratación constante y siempre tras el lavado de las manos.
- Uso de cremas y lociones no agresivas y de composición natural.
Ejercicios para las manos
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- Extensión de los dedos al máximo, manteniendo y relajando unos segundos, de forma sucesiva.
- Contracción de los dedos durante unos segundos y posterior relajación.
- Cierre y apertura de los puños con el pulgar dentro de los dedos.
- Entrecruce de las manos y rotaciones con estiramiento de los brazos.
Ejercicios para las muñecas
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- Rotación de las muñecas dibujando círculos en ambos sentidos.
- Sacudidas rápidas de las muñecas.
Ejercicios para los pulgares
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- Rotación de los pulgares en ambos sentidos.
- Flexión y extensión de los pulgares.
Ejercicios para el resto de los dedos
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- Extensión de los dedos, uno a uno.
- Extensión conjunta de todos los dedos, aguantar unos segundos.
- Flexión conjunta de todos los dedos, aguantar unos segundos.
- Simular tocar el piano en el aire.
- Hacer rodar una canica o similar entre los dedos, desplazándose entre ellos y arriba y abajo de cada uno.
Con esta tabla de ejercicios se trabaja la precisión, la sensibilidad, la flexibilidad, la coordinación y el fortalecimiento.
Antes y después de cada práctica de masaje, el quiromasajista procederá al lavado y secado de las manos y realizará ejercicios de calentamiento y estiramientos de las manos, según convenga.
Descanso adecuado
El descanso adecuado es fundamental para permitir que el cuerpo se recupere y repare. Los quiromasajistas deben asegurarse de dormir lo suficiente y tomar descansos regulares durante el día para evitar la fatiga y el agotamiento. Además, es importante programar días libres y vacaciones para recargar energías y reducir el estrés.
Alimentación saludable
Una alimentación equilibrada y saludable proporciona los nutrientes necesarios para mantener la salud y la energía. Los quiromasajistas deben asegurarse de consumir una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables. Además, es importante mantenerse hidratado bebiendo suficiente agua durante el día.
Ejercicio físico
La actividad aeróbica – caminar, correr, bailar, etc. – junto a una disciplina de pilates o yoga proporciona un cuidado integral del cuerpo y la mente. Es conveniente practicar ejercicios de relajación y meditación que le permitan desconectar para concentrarse en si mismo y ser consciente de su propio cuidado.
Escucha y atiende tu propio dolor
No hacer caso al dolor no va a hacer que este desaparezca. Por lo tanto, si te duele, presta atención y analiza qué pasa y por qué. Cuando más tardes en afrontar el problema, más grande se hará este y más tardarás en ponerle remedio.
Practica diferentes estilos de masaje
Practicar diferentes estilos de masaje te permitirá variar los movimientos y la postura de trabajo. Si consigues alternar servicios de trabajo más intenso físicamente para ti con otros más suaves te sobrecargarás menos y podrás recuperarte mejor.
Higiene postural
La ergonomía se refiere al estudio de la relación entre el ser humano y su entorno de trabajo, con el objetivo de optimizar la seguridad, la comodidad y la eficiencia. En el caso de los quiromasajistas, la ergonomía desempeña un papel clave para prevenir lesiones y mantener una postura adecuada durante las sesiones de masaje.
El quiromasajista observa y analiza la postura del usuario y en función de ello, le corrige y le aconseja ser consciente en todo momento para evitar vicios posturales.
Esta divisa debe contemplarla para si mismo durante el ejercicio de la terapia. De esta manera evitará lesiones y llevará a cabo su trabajo de forma más eficiente.
Malas posturas mantenidas en el tiempo puede provocar entre otras afecciones:
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- sobrecargas musculares
- dolor en las muñecas
- fatiga
- lumbalgias
- tendinitis
Un cuadro de molestias y dolor afecta a la necesaria concentración y capacidad de percepción durante el desarrollo del masaje e impide dispensar la adecuada atención al usuario.
La posición del masajista debe ser distendida, con los hombros relajados, evitando la curvatura excesiva de la espalda y las rodillas ligeramente flexionadas.
La altura de la camilla de masaje debe llegar a la cabeza del fémur.
Para evitar tensiones posturales también es fundamental poder moverse de manera ágil y libre en torno a la camilla para poder trabajar cualquier región anatómica sin forzar la posición.
Es recomendable utilizar camillas hidráulicas y regulables, disponer de ropa y calzado cómodos y contar con elementos accesorios como almohadas o rodillos para facilitar la higiene postural del usuario.