Los músculos oblicuos desempeñan un papel fundamental en la estabilidad corporal, el mantenimiento de la postura y como protectores de la columna vertebral. Además, intervienen en muchos movimientos que realizamos de forma cotidiana.
A veces, la brusquedad de una acción o un sobreesfuerzo tensionan esta musculatura ocasionando dolor y disfunción.
Te contamos las posibles causas que producen esta tensión, su sintomatología y cómo recuperar y cuidar esta musculatura.
Índice
Musculatura oblicua
Los músculos oblicuos forman parte de la musculatura abdominal, concretamente de la pared anterolateral del abdomen. Antes de entrar en el detalle de los músculos oblicuos vamos a explorar un poco la pared abdominal.
Explorando la pared abdominal
La pared abdominal consta de diversas capas. De superficial a profundo son las siguientes:
- Piel
- Fascia superficial
- Musculatura abdominal
- Fascia abdominal profunda. Está situada entre el músculo transverso y la grasa extraperitoneal
- Grasa extraperitoneal
- Peritoneo
La pared abdominal protege los órganos internos del abdomen, interviene en la actividad del aparato digestivo, aumentando la presión intraabdominal en los procesos de evacuación, tos o micción, entre otros, y es primordial para la función mecánica de los aparatos locomotor y respiratorio.
La musculatura abdominal se divide en dos paredes: la pared abdominal anterolateral y la pared abdominal posterior.
La pared abdominal anterolateral comprende la siguiente musculatura:
- Músculo transverso del abdomen
- Músculo oblicuo interno del abdomen
- Músculo recto del abdomen
- Músculo oblicuo externo del abdomen
- Músculo piramidal
La pared abdominal posterior comprende:
- Músculo psoas mayor
- Músculo ilíaco
- Músculo cuadrado lumbar
- Músculo psoas menor
Los músculos oblicuos junto al músculo transverso del abdomen forman el grupo de músculos planos laterales que se ubican a cada lado del abdomen. Los músculos recto del abdomen y piramidal forman la musculatura vertical anterior y se ubican de manera bilateral a la línea alba.
Músculo oblicuo abdominal externo
Este músculo ancho y delgado ocupa el lateral del abdomen y su aponeurosis la parte anterior. Tiene su origen en las superficies externas de las costillas 5 – 12.
Respecto a su inserción, las fibras que provienen de las tres costillas inferiores se insertan casi verticalmente en la mitad anterior de la cresta ilíaca; las fibras restantes transcurren desde arriba y lateral hacia abajo y medial conformando una aponeurosis que acaba en la línea alba.
Su acción unilateral da lugar a la flexión ipsilateral y la rotación contralateral del tronco.
La acción bilateral de los oblicuos abdominales externos flexionan el tronco. También comprimen el abdomen contribuyendo, junto al resto de la musculatura abdominal, a sostener los órganos internos.
Músculo oblicuo abdominal interno
El músculo oblicuo interno está profundamente situado debajo del oblicuo externo de cada lado. Tiene su origen en la fascia toracolumbar, en la línea intermedia de la cresta ilíaca y en la espina ilíaca anterior superior; algunas de sus fibras también pueden tener su origen en el ligamento inguinal.
En cuanto a su inserción, la trayectoria de sus fibras es superior y medial insertándose en los bordes inferiores y en los cartílagos costales de las tres últimas costillas y en la línea alba.
Su acción unilateral da lugar a la flexión ipsilateral y la rotación contralateral.
La acción conjunta de ambos músculos oblicuos abdominales internos ayudan a los oblicuos externos en la flexión de tronco. Los oblicuos internos actúan en ángulo contrario a los externos en la flexión lateral.
Acciones que provocan tensión en la musculatura oblicua
Una de las funciones esenciales de los músculos oblicuos es proteger y reforzar la columna vertebral para evitar que gire o flexione de manera excesiva durante el desarrollo de un movimiento; también estabilizan la postura y mantienen correctamente situada la pelvis.
Su ubicación anatómica no traza un recorrido recto entre el origen y la inserción, sino que rodean el torno de forma elíptica optimizando su función en la rotación cuando flexionamos, rotamos o extendemos el tronco.
Los músculos oblicuos conectan el torso y la pelvis y están implicados en la realización de muchas actividades cotidianas y ejercicios deportivos que demandan inclinaciones hacia adelante o hacia los lados, manipulación de cargas pesadas o giros alrededor de la cintura.
La repetición constante de una misma acción, la realización de un movimiento brusco e intenso o llevar a cabo un sobreesfuerzo causan una tensión excesiva en la musculatura oblicua que puede dar lugar a un desgarro o una distensión.
Estos son algunos ejemplos de actividades, deportivas o no, que pueden causar tensión en los músculos oblicuos:
- Levantar un objeto muy pesado.
- Estar sentado largo rato.
- Realizar un movimiento en una postura incorrecta.
- Un ataque de tos o estornudos.
- Tener débil y no ejercitada la musculatura de la espalda.
- Cavar o rastrillar.
- Ejercicios de abdominales sin hacer un calentamiento previo para preparar la musculatura.
- Deportes como el tenis, el remo, el golf, el rugby o el salto de pértiga.
Síntomas de la tensión muscular oblicua
Son varios los síntomas que indican un exceso de tensión en la musculatura abdominal oblicua. Los más comunes son:
- Dolor en la zona al contraer y relajar la musculatura.
- Dolor punzante al reír, toser, estornudar o respirar profundamente.
- Rigidez y malestar, sobre todo al levantarse por la mañana.
- Dolor y dificultad para realizar una acción de flexión.
- Espasmos musculares.
- Hinchazón o moretones violáceos si la tensión se agrava.
Hay que tener en cuenta que la tensión lateral abdominal no es la única afección que causa este tipo de sintomatología. Ante cualquier duda, hay que consultar al médico para descartar otras patologías.
Cómo se trata la tensión muscular oblicua
Si la tensión muscular en la musculatura oblicua se debe a una lesión recién ocurrida, es bueno aplicar sobre la zona un paquete de hielo durante las primeras 48 horas. Tras este periodo, debemos aplicar una bolsa de calentamiento para relajar el músculo afectado y estimular la circulación sanguínea de la zona con el fin de incrementar la nutrición y oxigenación a los tejidos.
Cuando la tensión muscular se debe a un proceso repetitivo y prolongado de tensión mantenida, lo mejor es dar descanso a la musculatura, aplicar calor y sesiones de masaje deportivo enfocado a la recuperación del músculo y su retorno a un estado óptimo para volver a ejercer su funcionalidad de manera adecuada.
Masaje deportivo para eliminar y prevenir la tensión muscular
El masaje deportivo de recuperación de lesiones es el adecuado para todas las personas afectadas por una lesión o una distensión muscular por sobreesfuerzo o desgaste. Sea cual sea la causa, el quiromasajista especializado en masaje deportivo aplicará las maniobras y técnicas más adecuadas a las circunstancias de cada individuo y de cada lesión.
Además de eliminar el dolor y la rigidez, relajando la musculatura, la práctica del masaje deportivo persigue fortalecer el músculo afectado y recuperar su elasticidad para prevenir lesiones a futuro.
La paciencia es una virtud necesaria para afrontar la tensión muscular oblicua ya que puede tardar unas tres semanas en recuperarse por completo. El descanso y las sesiones de masaje son el mejor remedio para ello.
Si por motivos profesionales y/o deportivos tendemos a sobrecargar la musculatura oblicua, es recomendable establecer una rutina de masaje y estiramientos adecuados para evitar tensionar los músculos.
La tensión es quien crees que deberías ser. La relajación es quien eres.» Proverbio chino.