Quiropraxia significa, etimológicamente, el arte de hacer bien con las manos. La quiropraxia es una disciplina que consiste en aplicar una serie de maniobras de movilización y manipulación sobre estructuras tendino-musculares y articulares con el fin básico de producir una descontracción. Estas maniobras también se conocen como desbloqueo.
También podemos definir la quiropraxia como la técnica que busca el equilibrio en las articulaciones realizando estiramientos forzados de estas que utiliza las capacidades de recuperación específica del cuerpo y la relación entre estructuras óseo-musculares y las funciones del cuerpo en particular entre columna vertebral y sistema nervioso con fines de recuperación y mantenimiento de la salud.
Además, se ocupa del análisis y del tratamiento de los desequilibrios del sistema estructural, bioquímico, psicológico y energético del organismo.
Según la quiropraxia, el cerebro es una dinamo, los órganos y las glándulas son motores y los nervios son hilos conductores. La compresión del conductor por una vértebra desplazada provoca una alteración en el motor, pero con el reajuste se obtiene la curación.
Las diferencias más importantes, respecto a la osteopatía, son las sencillas técnicas basadas en presiones directas sobre las primeras vértebras cervicales; y la teoría elemental que considera la subluxación vertebral como única responsable de todas las enfermedades.
Índice
Nacimiento de la quiropraxia
Daniel David Palmer está reconocido como el creador de la quiropraxia. La quiropraxia se considera una derivación temprana de la osteopatía. De hecho, Palmer era un antiguo discípulo de Still.
Palmer trató a sus primeros pacientes con pases magnéticos y más tarde amplió su repertorio con las técnicas osteopáticas de Still. La quiropraxia, al igual que la osteopatía, se compone de una técnica y un filosofía. Sobre esta filosofía de trabajo, el remedio a cualquier dolencia propuesto por Palmer era muy simple: bastaba con reajustar la vértebra subluxada
Por su experiencia en el campo, Palmer entendía que la enfermedad es solo una alteración funcional. El cuerpo, al no poder adaptarse, produce contracciones musculares y tensión, que provoca el desplazamiento de las vértebras.
Palmer alcanzó la fama después de haber devuelto el oído a Harvey Liliard, quien, tras un traumatismo cervical, se había quedado sordo. Palmer desarrolló en 1894 una nueva visión de la movilización articular a través del tratamiento de esta persona, que tenía un abultamiento en cuello producido por caída antigua con chasquido cervical que le dejó como secuelas una sordera acusada y trastornos cardiovasculares. En 1896 Palmer fundó una escuela para enseñar su método.
Tras su muerte, su hijo Barlett J. Palmer recogió el testigo y fue el protagonista del ascenso de la quiropraxia gracias a la inversión en publicidad, consiguiendo la creación de más de 50 escuelas y 45.000 profesionales.
Los principios de la quiropraxia se basan en la teoría de que el hombre es un máquina movida por una fuerza natural llamada innate intelligence, que recorre todo el cuerpo a través del sistema nervioso.
La distribución de este flujo puede estar perturbada por bloqueos vertebrales, que juegan un papel primordial en la etiología de las enfermedades. A su vez, estas pueden incluso representar la causa única de muchas enfermedades.
Reglas fundamentales de la quiropraxia
Las reglas de la quiropraxia son fundamentales para aplicar correctamente las manipulaciones quiroprácticas y así evitar efectos no deseables de forma involuntaria. Estas reglas se deben de seguir siempre en el mismo orden.
- No trabajar en frío. Empezar con calor, masajeando los músculos y ligamentos de la zona que se vaya a trabajar, salvo en los casos de tortículis, hombro congelado o periartritis escápulo-humeral.
- Puesta en posición. Paciente y terapeuta deben estar cómodos para que un mínimo esfuerzo podamos conseguir el máximo resultado.
- Puesta en tensión. Consiste en colocar la región que se trabaje en la mayor amplitud articular posible, sintiendo la resistencia del paciente.
- No dolor. No hay que manipular si hay dolor.
- Gesto manipulativo. Es el movimiento final, a través del cual debemos de sobrepasar el punto de tensión articular máximo. Este movimiento debe ser corto, seco, rápido y con rebote.
¿La quiropraxia es peligrosa?
Esta es una pregunta frecuente que tiene una respuesta sencilla. La quiropraxia no es, en absoluto, peligrosa siempre y cuando se trabaje con un método, se respeten las contraindicaciones y siempre que la técnica se desarrolle a través de movimientos de precisión, y no mediante movimientos de fuerza bruta.