El sistema osteoarticular es fundamental para nuestro movimiento y bienestar. Es el encargado de sostener nuestro cuerpo y proporcionar movimiento. Se compone de huesos, articulaciones y estructuras asociadas. En este artículo hablaremos sobre su estructura, las lesiones comunes y qué papel puede jugar el quiromasaje en su recuperación.
Índice
Anatomía del sistema osteoarticular
Para comprender mejor las lesiones que pueden afectar a nuestro sistema osteoarticular, es esencial conocer sus componentes fundamentales.
Huesos
El cuerpo humano adulto cuenta con aproximadamente 206 huesos, que son la parte más rígida de nuestro sistema osteoarticular. Los huesos no solo nos proporcionan la estructura básica que nos da forma y soporta nuestro cuerpo, sino que también cumplen otras funciones vitales. Algunas de estas incluyen la protección de órganos internos delicados (como el cerebro, el corazón y los pulmones), el almacenamiento de minerales esenciales (como el calcio y el fosfato) y la producción de células sanguíneas, un proceso que ocurre en la médula ósea.
Articulaciones
Las articulaciones son las uniones entre dos o más huesos. Estas estructuras son cruciales para nuestro movimiento y flexibilidad, ya que permiten a los huesos moverse en relación entre sí. Las articulaciones también proporcionan amortiguación y reducen la fricción para proteger a los huesos de daños y desgaste.
Las articulaciones pueden clasificarse en varios tipos, incluyendo las articulaciones fibrosas (como las suturas del cráneo, que no permiten movimiento), las articulaciones cartilaginosas (como las que unen las vértebras de la columna, que permiten un movimiento limitado) y las articulaciones sinoviales (como las de las rodillas y los codos, que permiten una amplia gama de movimientos).
Cada articulación sinovial está compuesta de:
- Superficies articulares: Son los extremos de los huesos que se encuentran en la articulación, recubiertos por un tejido llamado cartílago articular.
- Cápsula articular: Es una estructura que rodea la articulación y está compuesta por dos capas, la membrana fibrosa externa y la membrana sinovial interna.
- Líquido sinovial: Este líquido viscoso, producido por la membrana sinovial, lubrica la articulación para reducir la fricción y amortiguar los golpes.
A través de este breve recorrido por la anatomía del sistema osteoarticular, podemos obtener una visión más clara de su funcionamiento y la importancia de mantenerlo saludable. En el próximo apartado, examinaremos algunas de las lesiones más comunes que pueden afectar a este sistema y cómo identificar sus síntomas.
Lesiones más comunes del sistema osteoarticular
El sistema osteoarticular, debido a su implicación en todos nuestros movimientos y a su exposición a esfuerzos físicos, es susceptible de sufrir diversas lesiones. Estas lesiones pueden ser dolorosas, limitar nuestras actividades diarias y requerir tratamientos específicos para su recuperación. Pueden variar en gravedad y tipo, pero algunas de las más comunes incluyen lesiones óseas y lesiones articulares.
Lesiones óseas
Las fracturas son las lesiones óseas más comunes. Se producen cuando la fuerza ejercida sobre un hueso es mayor de lo que puede soportar. Las fracturas pueden ser simples, donde el hueso se rompe, pero no perfora la piel, o compuestas, donde el hueso roto perfora la piel. También pueden ser completas, en las que el hueso se rompe por completo, o incompletas, en las que el hueso no se rompe por completo.
Las fracturas pueden ser causadas por una variedad de circunstancias, como caídas, accidentes deportivos o automovilísticos, o afecciones médicas que debilitan los huesos, como la osteoporosis.
Lesiones articulares
Dentro de las lesiones articulares, las más comunes son los esguinces y las dislocaciones. Un esguince se produce cuando los ligamentos que sostienen una articulación se estiran o desgarran. Esto puede suceder por un movimiento forzado o torcedura. Los esguinces pueden variar en gravedad, desde un estiramiento ligero hasta un desgarro completo del ligamento.
Una dislocación se produce cuando un hueso se sale de la articulación debido a un golpe o caída. Este tipo de lesión suele ser muy dolorosa y requiere atención médica inmediata para reubicar el hueso en su posición correcta.
Síntomas asociados a las lesiones
Los síntomas de las lesiones del sistema osteoarticular pueden variar dependiendo de la lesión específica, pero generalmente incluyen dolor en la zona afectada, hinchazón, enrojecimiento, sensibilidad al tacto y pérdida de movilidad o función. En algunos casos, también se puede observar una deformidad visible en el caso de fracturas o dislocaciones.
En caso de experimentar estos síntomas, es importante buscar atención médica para un diagnóstico y tratamiento adecuados. En el siguiente apartado, examinaremos los posibles tratamientos para estas lesiones, incluyendo el papel del quiromasaje en la recuperación y prevención.
Tratamiento médico
El enfoque inicial para tratar lesiones del sistema osteoarticular suele ser conservador. Esto puede implicar la utilización de medicamentos para aliviar el dolor y reducir la inflamación, como los analgésicos de venta libre o los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs).
En algunos casos, puede ser recomendable la fisioterapia, que incluye ejercicios y técnicas de terapia manual para mejorar la fuerza, la flexibilidad y la movilidad de la zona afectada. En ocasiones, la fisioterapia puede ir acompañada de tratamientos complementarios como el uso de calor o frío, la electroterapia o la terapia con ultrasonidos.
Cuando la lesión es particularmente grave o no responde a los tratamientos conservadores, puede ser necesario recurrir a la cirugía. Por ejemplo, las fracturas graves pueden requerir cirugía para realinear los huesos y, en algunos casos, se pueden usar placas, tornillos o varillas para mantener los huesos en su lugar durante el proceso de curación.
El papel del quiromasaje en lesiones osteoarticulares
El quiromasaje puede desempeñar un papel vital en la recuperación de las lesiones del sistema osteoarticular. Esta terapia manual tiene como objetivo aliviar el dolor, reducir la inflamación, mejorar la circulación y promover la curación. Además, el quiromasaje puede mejorar la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones y los músculos, lo que puede ayudar a restaurar la función normal y prevenir futuras lesiones.
Es importante tener en cuenta que, aunque el quiromasaje puede ser una herramienta útil para la recuperación y la prevención de lesiones, también es esencial mantener un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada y ejercicio regular, para mantener nuestro sistema osteoarticular en buenas condiciones. En cualquier caso, siempre hay que seguir la recomendación de los médicos especialistas.