El síndrome de la salida torácica, también conocidocomo síndrome del estrecho superior del tórax, es un conjunto de síntomas más que un trastorno específico. Se trata de una afección en la que hay compresión de los nervios, las arterias o las venas en el pasaje desde la parte inferior del cuello hasta la axila.
El síndrome de la salida torácica puede ser el resultado de un trauma, de movimientos repetitivos del brazo, de un tumor, del embarazo o de variaciones anatómicas como una costilla cervical. Otras afecciones que pueden producir síntomas similares incluyen desgarro del manguito rotador, trastornos cervicales, fibromialgia, esclerosis múltiple y síndrome de dolor regional complejo .
Existe un gran desacuerdo y confusión en la mayoría de la literatura médica sobre los síntomas que definen este síndrome y lo que lo causa. Los puntos gatillo suelen pasarse por alto como causa de tensión anormal en los músculos escalenos, y muy probablemente sean una causa principal del síndrome de la salida torácica o síndrome del estrecho superior del tórax.
El síndrome de la salida torácica afecta a personas de todas las edades y sexos. La afección es común entre los deportistas que requieren movimientos repetitivos del brazo y el hombro. En este sentido, cabe destacar que los movimientos repetitivos pueden provocar un agrandamiento de los músculos que provoca la compresión de las venas.
Además, las siguientes condiciones pueden aumentar el riesgo de desarrollar el síndrome de salida torácica:
- Trastornos del sueño
- Tumores o ganglios linfáticos grandes en la parte superior del pecho o en el área de la axila
- Estrés o depresión
- Participar en deportes que involucran movimientos repetitivos de brazos o hombros
- Lesiones repetidas por llevar cargas pesadas en los hombros
- Lesión en el cuello o la espalda (lesión por latigazo)
- Mala postura
- Levantamiento de pesas
Índice
Síntomas
Los signos y síntomas del síndrome de la salida torácica incluyen dolor de cuello, hombros y brazos, entumecimiento o alteración de la circulación en las áreas afectadas.
El dolor del síndrome de la salida torácica a veces se confunde con el dolor de la angina (dolor en el pecho debido a un suministro inadecuado de oxígeno al músculo cardíaco), pero las dos afecciones se pueden distinguir porque el dolor del síndrome de salida torácica no ocurre o aumenta al caminar, mientras que el dolor de la angina de pecho suele hacerlo. Además, el dolor del síndrome de la salida torácica generalmente aumenta al levantar el brazo afectado, lo que no ocurre con la angina.
Los signos y síntomas del síndrome de la salida torácica ayudan a determinar el tipo de trastorno que tiene un paciente. Los trastornos del síndrome de la salida torácica difieren, según la parte o partes del cuerpo que afecten. El síndrome de la salida torácica afecta con mayor frecuencia a los nervios, pero la afección también puede afectar las venas y arterias (el tipo menos común). En todos los tipos del síndrome de la salida torácica, el espacio de salida torácica se estrecha y se forman cicatrices alrededor de las estructuras.
Tratamiento
El síndrome de la salida torácica puede tratarse desde diversos enfoques, incluidas medidas físicas, medicamentos y cirugía.
El estiramiento, la terapia física y los masajes son enfoques no invasivos comunes que se utilizan en el tratamiento del síndrome de la salida torácica. El objetivo del estiramiento es aliviar la compresión en la cavidad torácica, reducir el pinzamiento de los vasos sanguíneos y los nervios y realinear los huesos, músculos, ligamentos o tendones que causan el problema.
La terapia física puede incluir ejercicios de rango de movimiento pasivo o activo, trabajando hasta series ponderadas o restringidas. Hay que tener en cuenta que el síndrome de la salida torácica se agrava rápidamente por una mala postura. Por eso los ejercicios de respiración activa y la configuración ergonómica del escritorio y las prácticas de movimiento pueden ayudar a mantener una postura activa.
Además, se puede usar hielo para disminuir la inflamación de los músculos doloridos o lesionados. El calor también puede ayudar a aliviar los músculos adoloridos al mejorar la circulación sanguínea hacia ellos. Si bien todo el brazo generalmente se siente doloroso en el síndrome de la salida torácica, se puede ver algo de alivio cuando se aplica hielo o calor de manera intermitente en la región torácica (clavícula, axila u omóplato).