El Shiatsu es una terapia manual que utiliza la acupresión, una antiquísima técnica de sanación basada en la acupuntura. Con la presión de los dedos se estimulan los mismos puntos – acupuntos – y canales energéticos. Su etimología japonesa no deja lugar a dudas: 指 (Shi) – dedo- y 圧 (Atsu) -presión-.
Según Takujiro Namikoshi, fundador de la Nippon Shiatsu School, el Shiatsu no solo cura, sino que actúa sobre la mente de las personas, estimulando la capacidad de prevenir enfermedades.
La presión que se ejerce en Shiatsu ha de realizarse utilizando la fuerza del propio cuerpo, no la de los dedos. Y la presión debe ejercerse correctamente sobre los puntos concretos, por ello es muy importante la posición del paciente y de quien ejerce el tratamiento. Usado como terapia primaria o complementaria, el Shiatsu combina técnicas de estiramiento asistido y acupresión para restaurar la estructura muscular y ósea.
Origen del Shiatsu
El creador de esta terapia fue Tokujiro Namikoshi. Nacido en 1905 en Kanagawa, al sur de Japón, cuatro años después se trasladó con su familia a Hokkaido, una isla al norte del país. Debido al clima severo y a las condiciones precarias en las que vivían, su madre comenzó a sufrir fuertes dolores en las articulaciones.
Tokujiro y sus hermanos frotaban las zonas doloridas en un intento de aliviar su sufrimiento. Cuando descubría puntos más fríos y rígidos al tacto, los presionaba en lugar de frotar y el dolor se suavizaba. Los masajes diarios durante largo tiempo lograron mejorar muchísimo la calidad de vida. Pronto ganó fama con su técnica y decidió ir a Tokio a estudiar para obtener la licencia para la terapia de Anma, un antiguo masaje chino de acupresión, que era un tipo de terapia reconocida en Japón.
Cuando volvió, abrió una clínica donde practicaba su propio método, al que llamó Shiatsu. Por consejo de un filósofo, al que trató devolviéndole el bienestar y la fuerza física, se trasladó a Tokio, en 1932, para dar a conocer su técnica.
En 1940 fundó su primera escuela y empezó a formar terapeutas mientras estudiaba anatomía para desarrollar una base científica en la que apoyar la terapia.
De hecho, el método creado por Namikoshi utiliza las referencias anatómicas occidentales para ubicar los puntos energéticos sobre los sistemas muscular y nervioso, obviando un tanto el papel de la mente y las emociones en el mantenimiento del bienestar. En 1955 el Ministerio de Salud japonés reconoció legalmente la terapia y registró la Escuela Japonesa de Shiatsu.
Posteriormente, un alumno suyo, Shizuto Masunaga, desarrolló el llamado Shiatsu Zen. Formado en psicología, en medicina occidental y en medicina tradicional china, adoptó una visión más holística tomando como base el concepto de los meridianos clásicos, sin tantos puntos específicos, y la teoría de los cinco elementos de la medicina tradicional china.
En la actualidad, existe una gran variedad de estilos y tipos de Shiatsu, agrupados en tres corrientes:
- Shiatsu estructural (basado en la anatomía)
- Shiatsu de los meridianos (basado en el flujo de Qi y su armonización)
- Shiatsu médico (desarrollado en base a la medicina tradicional china)
A partir de cada corriente, han surgido distintas variantes.
El método de Shiatsu de Namikoshi es el más practicado en el mundo. En Japón es utilizado por el 80% de sus practicantes y es el que se enseña en las escuelas estatales.
Base teórica del Shiatsu
El Shiatsu se basa en el concepto oriental de energía (Qi) y su objetivo es devolver y preservar el equilibrio entre el cuerpo, la mente y las emociones para que la energía vital fluya sin obstáculos. De esta manera se mantiene la salud y se previenen las enfermedades.
El cuerpo humano es recorrido por los meridianos, unos canales energéticos que transportan la energía vital y que son estimulados por el terapeuta a través de la digitopresión sobre unos determinados puntos denominados tsubos. Estos puntos actúan como activadores que regulan el flujo de la energía.
Como hemos indicado, el método Namikoshi utiliza las referencias anatómicas para ubicar los puntos energéticos.
Meridianos principales o regulares
Cada uno de estos meridianos corresponde a un órgano (pulmón, intestino grueso, estómago, bazo, corazón, intestino delgado, vejiga, riñón, vesícula biliar e hígado) y discurre a lo largo del cuerpo hacia la mano o el pie.
Los órganos sin una cavidad vacía – corazón, hígado, bazo, pulmones y riñones – son órganos yin; los órganos con una cavidad vacía – vesícula biliar, estómago, vejiga e intestinos grueso y delgado – son órganos yang. Los meridianos son también yin o yang en función del órgano al que se vinculan.
Los meridianos Yin corren a lo largo del interior de las extremidades y los meridianos yang corren a lo largo del exterior de las extremidades.
Meridianos adicionales
Estos meridianos no están vinculados a un órgano. Almacenan sangre y energía (Qi) y proporcionan conexiones entre los meridianos principales. Existen 660 puntos de acupresión o tsubos distribuidos por el cuerpo.
Práctica del Shiatsu
Una sesión de Shiatsu suele durar de 60 a 90 minutos. Antes de comenzar la práctica, el terapeuta realiza la anamnesis del usuario y plantea el desarrollo de la práctica.
La práctica de esta terapia combina las presiones con los dedos, especialmente los pulgares, con estiramientos y movilizaciones suaves. Pueden emplearse otras partes del cuerpo como las puntas de los dedos, las palmas de las manos, los nudillos, los codos, las rodillas e incluso los pies. Las presiones son rítmicas y graduales.
El masaje se realiza a través de la ropa y, por tanto, no se emplean aceites ni cremas. El contacto sigue el trayecto de cada meridiano y las dos manos permanecen en contacto con el cuerpo presionando e identificando el efecto generado.
El terapeuta busca desbloquear y regular el flujo de energía a través de la estimulación de los tsubos a lo largo de las líneas de los meridianos. Cada estilo de Shiatsu establece sus variantes y particularidades en el desarrollo de la práctica.
Seguridad y efectos secundarios
Aunque el Shiatsu se considera generalmente seguro cuando lo realiza un profesional calificado, ciertas personas deben tener precaución y consultar a un médico antes de someterse a esa terapia. Es el caso de las mujeres embarazadas, de los pacientes que han recibido quimioterapia o radiación recientemente y de personas con afecciones como osteoporosis, enfermedades cardíacas y trastornos de la coagulación sanguínea.
La terapia Shiatsu también debe evitarse inmediatamente después de la cirugía. Las personas con enfermedades infecciosas de la piel, erupción cutánea o heridas abiertas tampoco deben someterse a esta terapia.
Además, el shiatsu no debe realizarse directamente sobre hematomas, piel inflamada, heridas no curadas, tumores, hernia abdominal o áreas de fracturas recientes.
Beneficios de la terapia de Shiatsu
Esta técnica japonesa de masaje ayuda a mejorar el bienestar físico, mental y emocional del usuario:
- Libera tensiones y reduce el estrés
- activa la circulación sanguínea y linfática
- estimula el sistema inmunológico
- posee propiedades sedantes y ayuda a mejorar el patrón de sueño
- relaja la rigidez de músculos y articulaciones
- reduce el malestar de la jaqueca y la migraña
- atenúa el dolor crónico
Contraindicaciones de la terapia de Shiatsu
Como en toda terapia, el profesional ha de tener en cuenta algunas precauciones antes de proceder a la práctica del Shiatsu.
El Shiatsu no se recomienda cuando la persona presenta alguna de las siguientes situaciones:
- problemas de sangrado
- enfermedades cardíacas
- cáncer
- fractura
- osteoporosis
- infección cutánea
- varices
- epilepsia
- estado febril
Son muchas las personas que adoptan la práctica del Shiatsu como una forma de relajación y bienestar que les ayuda a mantener el equilibrio físico y emocional. Sea por esta razón o para solventar alguna molestia específica, vale la pena descubrir esta terapia.