Crioterapia literalmente significa «terapia de frío». La crioterapia es cualquier tratamiento que implica el uso de temperaturas de congelación o casi de congelación. Es una técnica en la que el cuerpo está expuesto a temperaturas extremadamente frías durante varios minutos.
La crioterapia se puede usar para tratar una variedad de lesiones tisulares. De hecho,la crioterapia se usa para aliviar el dolor muscular, los esguinces y la hinchazón después del daño de los tejidos blandos o la cirugía.
Índice
Qué es la crioterapia
La crioterapia se puede administrar en un solo área, o puede optar por la crioterapia de cuerpo entero. La crioterapia localizada se puede administrar de varias maneras, incluso a través de compresas de hielo, masajes con hielo, aerosoles de refrigerante, baños de hielo e incluso a través de sondas administradas en el tejido.
Si bien la crioterapia puede reducir la irritación nerviosa no deseada, a veces puede dejar el tejido afectado con sensaciones inusuales, como entumecimiento u hormigueo, o con enrojecimiento e irritación de la piel. Estos efectos son generalmente temporales.
En el caso de la aplicación de frío en lesiones articulares o musculares, para que la crioterapia surta efecto, el frío debe penetrar en la profundidad del tejido lesionado. Por ello, cuanto más grande sea el músculo o la articulación lesionada más tiempo debe mantenerse el frío.
Además, no hay que perder de vista que existe riesgo de lesión local por frío, por lo que es necesario proteger el área lesionada.
La crioterapia se puede aplicar en caso de espasmo muscular y espasticidad, traumatismo mecánico, quemaduras y artristis aguda y subaguda. También es una opción válida, en muchos casos. para aliviar el dolor.
Efectos físicos
La crioterapia mejora el dolor y el espasmo muscular que le acompaña, lo que asegura que no se altere el flujo sanguíneo en el tejido no lesionado. También produce vasoconstricción, con lo que se consigue una reducción de la hemorragia y, con ello, al reducción del proceso de cicatrización.
Además, con la crioterapia se consigue la reducción del flujo sanguíneo capilar, lo que da lugar a menor inflamación. Por otra parte, la crioterapia produce reducción del metabolismo en los tejidos, por lo que se reduce el riesgo de extensión del tejido lesionado por falta local de oxígeno.
Efectos fisiológicos de la crioterapia
Los efectos de la crioterapia se deben a la reducción de la temperatura de los tejidos, y también a la acción neuromuscular y a la relajación de los músculos que produce la aplicación del frío.
Es importante saber que el frío incrementa el umbral del dolor, así como la viscosidad y la deformación plástica de los tejidos. Sin embargo, a su vez también disminuye el rendimiento motor. También se ha encontrado que el frío a través de la aplicación de hielo de forma local produce una reducción significativa del volumen de sangre local. Además, como no se ha observado que después de produzca una vasodilatación refleja que pueda considerarse significativa, esto hace que la aplicación de frío tras un trauma tisular es apropiado, sin que haya riesgo de aumento de la inflamación reactiva.
En general, la crioterapia ayuda a disminuir la temperatura y el metabolismo tisular, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de hipoxia secundaria en los tejidos adyacentes a la lesión.
Además, la crioterapia favorece la disminución de la inflamación y el edema, así como la reducción del dolor, el espasmo muscular y la velocidad de conducción de los nervios periféricos.
Por otra parte, la crioterapia también estimular la función muscular cuando se aplica en estímulos de corta duración.
Aplicación de la crioterapia en el quiromasaje
La crioterapia se integra de diversas formas en la práctica del quiromasaje, y cada técnica tiene su finalidad y momento de aplicación idóneo.
La técnica más sencilla y accesible es el uso de compresas frías. Estas pueden ser tan simples como un paño empapado en agua fría, o tan sofisticadas como compresas diseñadas específicamente para mantener el frío durante un período de tiempo prolongado. Las compresas frías se aplican a menudo tras la sesión de quiromasaje, especialmente si se han tratado áreas inflamadas o lesionadas. El frío ayuda a reducir la inflamación y minimiza cualquier molestia que pueda surgir después del masaje.
Otra técnica consiste en los baños de hielo, utilizados sobre todo en el contexto deportivo. En este caso, se sumerge el área del cuerpo tratada en agua fría con hielo. Aunque puede resultar incómodo, este tipo de crioterapia es muy efectiva para acelerar la recuperación muscular después de un esfuerzo intenso.
El masaje con hielo es una técnica más especializada, donde el hielo se utiliza directamente como herramienta de masaje. Para esto, se puede usar un cubito de hielo, o incluso herramientas especializadas hechas de acero inoxidable que se enfrían previamente. Esta técnica es particularmente útil para tratar áreas pequeñas y precisas, y permite al quiromasajista combinar los beneficios del masaje y la crioterapia en un solo paso.
Beneficios de la crioterapia en el quiromasaje
Un beneficio específico de la crioterapia en el quiromasaje es su capacidad para descontracturar la musculatura. El frío ayuda a relajar los músculos, lo que facilita la labor del quiromasajista. Además, algunos estudios sugieren que la combinación de crioterapia y masaje puede ser más efectiva que cada una de las terapias por separado en ciertas circunstancias. Por ejemplo, se ha observado que la combinación de ambas técnicas puede mejorar la recuperación después de una lesión muscular, reduciendo el dolor y la inflamación más eficazmente que el masaje o la crioterapia por separado.
Los principales beneficios de la crioterapia el quiromasaje son los siguientes:
- Alivia el dolor: el frío ayuda a reducir la sensación de dolor al disminuir la conducción nerviosa.
- Reduce la inflamación: la aplicación de frío en áreas inflamadas ayuda a reducir la hinchazón y la respuesta inflamatoria.
- Promueve la recuperación muscular: la crioterapia puede ayudar a acelerar el proceso de recuperación muscular al reducir el daño y la inflamación en los tejidos.
Recomendaciones para la aplicación de la crioterapia en quiromasaje
Al incorporar la crioterapia en el quiromasaje, existen varias recomendaciones y precauciones que deben tenerse en cuenta para garantizar que se realiza de manera segura y efectiva.
En primer lugar, es importante recordar que no todas las personas son candidatas para la crioterapia. Por ejemplo, las personas que padecen la enfermedad de Raynaud, una afección que afecta a la circulación sanguínea en las extremidades y que puede empeorar con el frío, deberían evitar la crioterapia.
Del mismo modo, las personas con urticaria por frío, una reacción alérgica al frío que provoca la aparición de ronchas en la piel, también deberían abstenerse de usar estas técnicas. Las personas con problemas circulatorios graves, como insuficiencia venosa crónica o arteriopatía periférica, deben también abstenerse de la crioterapia, ya que el frío puede reducir aún más el flujo sanguíneo.
Además de estos casos específicos, siempre se debe evaluar el estado de salud general del individuo antes de aplicar la crioterapia. Por ejemplo, las personas mayores, los niños, las personas con hipertensión o con enfermedades del corazón deben consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tratamiento con crioterapia.
Por otra parte, es importante recordar que la aplicación incorrecta del frío puede provocar daños en la piel, como quemaduras por frío, y puede ser menos efectiva.
Además, hay que tener en cuenta que la crioterapia es una herramienta adicional en la práctica del quiromasaje, y no un reemplazo para las técnicas de masaje tradicionales o para el tratamiento médico cuando sea necesario. La crioterapia puede ayudar a potenciar los efectos del masaje y aportar beneficios adicionales, pero siempre debe utilizarse como parte de un enfoque integral del cuidado de la salud y el bienestar.
Como en cualquier aspecto de la salud y el bienestar, la formación continua y la actualización de los conocimientos son cruciales para garantizar la mejor práctica posible.