En otoño, la naturaleza se transforma y las variaciones de luz y temperatura afectan al funcionamiento de nuestro organismo, alterando en muchas ocasiones nuestro estado físico y anímico.
El equinoccio otoñal, entre el 22 y 23 de septiembre en el hemisferio norte, marca el inicio de un periodo de recogimiento natural: las temperaturas bajan, aumenta la humedad, y disminuye la presión atmosférica y las horas de luz solar.
Para los animales es una época de migraciones, de recolección de alimento y creación de refugios para sobrevivir en invierno y, en algunas especies, de preparación para la hibernación.
Los árboles y las plantas también se preparan para afrontar las nuevas condiciones. Las hojas cambian de color y empiezan a caer y muchas plantas se preparan para su reposo invernal.
Como seres vivos formamos parte de la naturaleza y de sus ciclos cambiantes. Pero a diferencia de los animales o las plantas, no podemos hibernar o trasladarnos a otros lugares. Nuestro organismo intenta acostumbrarse a la nueva estación y aparece el cansancio, los dolores musculares, las alergias y la pérdida de vitalidad.
Es un proceso natural que podemos afrontar mejor con la ayuda de las terapias naturales para volver a equilibrar nuestro organismo.
Índice
¿Qué cambios suceden en nuestro organismo con la llegada del otoño?
Al llegar el otoño, en nuestro organismo suceden una serie de cambios. Te los explicamos.
- El metabolismo tiende a ralentizarse. Aunque el metabolismo de cada individuo depende de diversos factores como el sexo, la genética, la edad o la actividad física, entre otros, los cambios estacionales también influyen en su funcionamiento. En otoño, la reproducción y el crecimiento celular es más lento y desciende la síntesis de proteínas. En consecuencia, la regeneración de los tejidos se vuelve más lenta.
- Desciende la temperatura corporal y el organismo necesita más calorías para mantenerse caliente.
- Decae el nivel de energía. Aunque no es el único factor responsable, la reducción de la luz solar incide en la producción de serotonina que disminuye aumentando la producción de melatonina. Este baile hormonal produce una mayor sensación de cansancio y desgana vital. El estrés y el cumplir años también ponen de su parte.
- Se debilita el sistema inmunológico. La llegada del frío afecta a nuestras defensas. La concentración de las células del sistema inmune (linfocitos, macrófagos, …) en la sangre y los tejidos corporales sufre variaciones. Estos cambios nos hacen más vulnerables ante las infecciones víricas.
- Con la bajada de las temperaturas y de la presión atmosférica, las enfermedades reumáticas agravan sus síntomas y baja el umbral de dolor, según advierte la Sociedad Española de Reumatología.
Ante todos estos cambios debemos acomodar nuestras rutinas de alimentación y descanso. Es importante intentar adecuar nuestros horarios a los ciclos naturales de luz, pues al alterar nuestros ritmos circadianos, alteramos algunas funciones que siguen los ciclos de 24 horas como el estado de alerta, la temperatura, la producción de hormonas o la presión arterial.
La descoordinación entre los ciclos naturales y nuestras acciones crea desequilibrios que afectan a la concentración, el rendimiento y el estado de ánimo.
Dolencias estacionales propias del otoño
Te contamos cuáles son algunas de las dolencias más comunes en esta época del año y cómo pueden ayudarnos las terapias naturales.
Dermatitis
El aumento de la humedad y los ambientes cerrados y expuestos a la calefacción son un caldo de cultivo para los ácaros del polvo, responsables de problemas cutáneos como algunas dermatitis. Además de limpiar y ventilar las estancias, la fitoterapia nos ofrece remedios naturales en forma de infusiones, baños o aceites.
- Baños de avena. Hervimos 500 gramos de copos de avena y batimos la mezcla hasta obtener una leche espesa que añadimos al agua de la bañera.
- Las infusiones de cola de caballo, ortiga y zarzaparrilla nos ayudan a eliminar toxinas y a depurarnos.
- Aceite natural. Podemos prepararlo con 300 ml de aceite de almendra, 3 cucharadas de hinojo, 3 cucharadas de caléndula, 2 cucharadas de manzanilla y 1 cucharada de harina de avena. Mezclamos en un recipiente de cristal de color ámbar y dejamos macerar 20 días. Al cabo de este tiempo lo filtramos y conservamos protegido de la luz. Lo aplicamos dos o tres veces al día sobre las zonas más afectadas.
Enfermedades reumáticas
Como hemos indicado, la bajada de la presión atmosférica afecta a las articulaciones y aumenta la percepción de los dolores reumáticos.
Las terapias naturales nos ofrecen algunos remedios para aliviar el dolor articular.
- Infusiones con hojas de ortiga. La hoja fresca de la ortiga es rica en antioxidantes y sales minerales. Posee una potente acción antiinflamatoria. Además de los preparados y extractos de venta en herbolarios, puedes preparar una infusión con 2 gramos de hoja desecada por taza de agua.
- Infusión de romero. Esta planta típica mediterránea calma los dolores articulares gracias a su composición en ácido ursólico que combate las infecciones que se producen alrededor de las articulaciones y cartílagos. Solo hay que echar 200 gramos de ramitas de romero en 400 ml de agua hirviendo y dejar que destilen durante 20 minutos.
- Aceites esenciales. Uno de los aceites esenciales con mayor acción antirreumática es el aceite esencial de gaulteria. A este arbusto se le conoce como la aspirina natural y no pueden usarlo las personas alérgicas a la aspirina. Puedes diluir un par de gotas en una crema para el dolor muscular y articular o diluirlas en aceite de almendras dulces y dar un masaje en la zona afectada. El aceite esencial de hipérico o planta de San Juan también es eficaz contra los dolores articulares.
Resfriados y gripes
Son las dolencias típicas del otoño, favorecidas por la proliferación de virus y la menor ventilación. Además, la bajada del sistema inmune y del estado anímico aumentan las posibilidades de enfermar. Te indicamos algunos remedios naturales muy eficaces.
- Infusión de flor de saúco y llantén para reducir la inflamación de las mucosas.
- Propóleo. Es un antibiótico natural que estimula las defensas del organismo.
- Equinácea. Previene la sintomatología propia de los resfriados como la fiebre y la mucosidad.
- Jengibre. Un buen remedio contra los accesos de tos, el dolor de cabeza y muscular y la fiebre.
Astenia otoñal
Apatía, cansancio o tristeza son algunos de los síntomas de la astenia otoñal. Este trastorno se asocia al aumento de la producción de melatonina. Son varias las terapias naturales que nos pueden ayudar a levantar el ánimo.
La Fitoterapia nos ofrece la Jalea Real, que nos aporta energía, resistencia física y refuerza el sistema inmune. El Ginseng alivia el cansancio y la apatía y es eficaz en situaciones de estrés. La Rodiola mejora los estados de debilidad y desánimo.
Los aceites esenciales son un agradable remedio para combatir la astenia otoñal. Los aceites de sándalo y ylang ylang son relajantes y ayudan contra el insomnio. Los aceites esenciales de cítricos nos reactivan y revitalizan. Para la ansiedad, los mejores son los aceites de incienso, bergamota y lavanda.
Las terapias naturales son unas grandes aliadas de la salud. Las plantas y productos naturales de la apicultura son remedios usados por el hombre desde los tiempos más antiguos y son la base de la medicina. Al igual que ensalzamos sus propiedades, debemos usarlas con precaución y conocimiento, con el asesoramiento de terapeutas profesionales. Igualmente, si estamos siguiendo cualquier tipo de tratamiento médico o padecemos alguna dolencia, debemos consultar al doctor antes de tomar un remedio natural para evitar posibles interacciones o efectos adversos.
A mí nunca me ha parecido el otoño una estación triste. Las hojas secas y los días cada vez más cortos nunca me han hecho pensar en algo que se acaba, sino más bien en una espera de porvenir.» (Patrick Modiano – Novelista francés, ganador del Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, del Premio Goncourt y del Premio Nobel de Literatura. )