No somos realmente conscientes del importante papel que la sangre desempeña en nuestro organismo. Con o por ella, circula oxígeno y dióxido de carbono, así como vitaminas, enzimas, hormonas y elementos nutritivos.
Además, también actúa como medio de equilibrio y defensa de ataques externos.

Que la sangre se ocupe de todas estas funciones, nos permite extraer información precisa del estado de salud de una persona mediante un análisis. Y es que aunque todo parezca estar bien, podemos detectar cualquier problema atendiendo a los cambios de la composición de la sangre. Aunque, los médicos saben que no siempre una variación positiva o negativa supone una enfermedad.
Por eso se habla de interpretar el análisis. Jamás se toman los resultados como un valor absoluto, porque hay muchos factores que pueden influir en estos.
Índice
Cómo interpretar un hemograma
El hemograma es el informe que cuantifica los diferentes tipos de células en la sangre y mide parámetros relacionados con su cantidad y contenido.
Este informe lo recibimos cuando, por ejemplo, nos realizan un análisis de sangre u otro completo. Habitualmente no sabemos leerlo, ya que están destinados a interpretados por los médicos.
Aunque no podemos hacer un autodiagnóstico, sí debemos ser capaces de entender mejor la información que aparece en el hemograma.
Hemoglobina y anemia
Leucocitos
Los leucocitos son los glóbulos blancos, que combaten las infecciones. Según su función se pueden clasificar como linfocitos, monocitos, neutrófilos, eosinófilos y basófilos.
El número de leucocitos aumenta por la presencia de una infección, como puede ser la gripe, el sarampión o una neumonía.
Mientras que se reduce con la acción de algunos medicamentos y antibióticos como el cloramfenicol o las sulfamidas.
- Linfocitos: los linfocitos están encargados de defendernos frente a infecciones provocadas por todo tipos de virus. Además, ayudan a otras células en la defensa ante bacterias y hongos.
Por tanto, tenemos mayor número de linfocitos cuando sufrimos una infección como la varicela, la gripe o paperas. Y disminuyen en número con infecciones virales como el VIH y algunos tipos de cáncer. - Monocitos: los monocitos ayudan al cuerpo en la eliminación de tejidos muertos, de células cancerosas y en la inmunidad frente a sustancias extrañas.
Aumenta el número de monocitos cuando tenemos infecciones agudas como hepatitis, sarampión o paperas. Y disminuyen con el mieloma, el linfoma de Hodgkin, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, entre otros. - Neutrófilos: los neutrófilos son los leucocitos encargados de defendernos frente a infecciones provocadas por bacterias y hongos.
Aumentan en número como respuesta a infecciones bacterianas y disminuyen como consecuencia de la acción de fármacos como los que se utilizan para la quimioterapia, diuréticos y algunos antibióticos. - Eosinófilos: los eosinófilos participan en las reaccciones alérgicas, así que aumentan en número cuando el cuerpo muestra algún tipo de alergia o asma.
Disminuyen con infecciones como la brucelosis y la fiebre tifoidea. - Basófilos: los basófilos intervienen también ante reacciones alérgicas y del sistema inmune, como con el embarazo, el asma o la diabetes. En estos casos aumentan, y disminuyen con la brucelosis y otras alergias.
Plaquetas
Las plaquetas son unas células que ayudan en el proceso de coagulación de la sangre, de forma que regulan el nivel de sangre, por ejemplo en las heridas.
Pueden aumentar en algunos casos de cáncer y en infecciones como la escarlatina, la mononucleosis e infecciones de orina. Disminuyen con tratamientos de diálisis y enfermedades graves de hígado.
Hematíes
Los hematíes son los glóbulos rojos, encargados de transportar el oxígeno de los pulmones a todo el cuerpo a través de la hemoglobina, al mismo tiempo que extraen el CO2 para devolverlo y que sea expulsado al exterior.
Es común el aumento de los hematíes en aquellas personas que viven en zonas de altura. También en fumaderos y en enfermos de cáncer.
Los hematíes se reducen cuando existe anemia, hemorragias, embarazo o leucemia.
- Hemoglobina: la hemoglobina está formada por proteínas y hierro, junto con otros elementos. Ante la falta de hierro, se produce anemia porque el cuerpo produce menos hemoglobina.
- Hematocritos: los hematocritos equivalen al porcentaje del volumen total de sangre que está compuesto por hematíes. Aumentan cuando existe deshidratación y disminuyen por anemia.
- VCM, HCM y CHCM: estos son tres valores que aportan información sobre los glóbulos rojos. EL VCM indica el tamaño promedio, el HCM indica la cantidad de hemoglobina por glóbulo rojo y el CHCM se refiere a la cantidad de hemoglobina relativa al tamaño de la célula.
- Sideremia: indica la cantidad de hierro que contienen los glóbulos rojos.
- Transferrina: este resultado indica la cantidad de esta proteína que hay en la sangre. Está encargada de transportar el hierro.
- Ferritina: esta proteína almacena el hierro, así que el resultado indica la cantidad de hierro en reserva.
Problemas en el hígado
Ante posibles problemas de hígado, los médicos pondrán especial atención en las transaminasas, que indican el estado real de este órgano.
- AST es la sigla de la enzima ASpartamo aminoTransferasa. La cifra indicada está directamente relacionada con el funcionamiento del corazón. Si hay algún problema, esta cifra aumenta.
- ALT es la sigla de la enzima ALanina aminoTransferasa, relacionada con el estado del hígado.
- GGT es la sigla de la enzima Gamma-Glutamil Transferasa. Si el resultado es alto, puede indicar problemas en el hígado o en los conductos biliares.
- La Fosfata Alcalina es una enzima que, con resultados altos, indica mal funcionamiento de la vesículo biliar o enfermedad en los huesos.
- La bilirrubina es producida por el hígado, obtenida de la destrucción de los glóbulos rojos. Su función es limpiar la sangre. Aumenta cuando hay problemas en el hígado o en los conductos biliares.
- HBS Ag es un parámetro que puede resultar positivo o negativo y nos indica la presencia en la sangre de los anticuerpos que combaten la hepatitis B. Si el resultado es positivo quiere decir que el paciente tiene o ha tenido el virus.
- Anti VHC es otro parámetro que puede resultar positivo o negativo e indica si están los anticuerpos que causan el virus de la hepatitis C.
Creatinina y función renal
El nivel de creatinina nos indica el estado del riñón. Un valor elevado en sangre podría evidenciar un problema renal.
En las persona mayores hay que medir también la urea, ya que los resultados de la creatinina no son del todo fiables.
Glucosa y diabetes
Cifras elevadas de glucosa en sangre podrían evidenciar una diabetes. Si los valores están por encima de 125 mg de glucosa/dl de sangre, normalmente se repite el estudio y de confirmarse, puede decirse que sufre diabetes.
Si el primer resultado están encima de 109 mg pero inferior a 125 mg, los médicos deberán realizar otras pruebas complementarias.
Colesterol y triglicéridos
El colesterol aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Este puede darse en personas con sobrepeso, fumadoras o con antecedentes familiares.
El colesterol es una grasa que circula por la sangre y tiene muchas funciones, como construir paredes celulares, fabricar hormonas, etc. Esta grasa procede del hígado o de los alimentos.
El problema es que el colesterol no se disuelve con la sangre, así que para viajar por los vasos sanguíneos debe ir junto a diferentes proteínas, dando lugar a unas partículas que constituyen los diferentes tipos de colesterol.
Si se depositan estas grasas en las paredes de las arterias, forman placas que las estrechan, los órganos reciben menos sangre y puede dar lugar a problemas cardiovasculares.
La cifra total de colesterol no debería superar los 200 mg/dl y la de los triglicéridos de 150 mg/dl.
- Índice de aterogenicidad: este parámetro se obtiene de dividir la cantidad de colesterol total entre la de colsterol-HDL. Nos indica del riesgo de sufrir una patología cardiovascular.
- Colesterol total: es el total de colesterol en sangre.
- Colesterol-HDL: este resultado indica la cantidad de colesterol unida a la proteína HDL, que conocemos como el colesterol bueno. Transporta el colesterol de los tejidos periféricos al hígado. Ayuda a retirar de la sangre el exceso de colesterol.
- Colesterol-LDL: en este caso nos indica la cantidad de colesterol unida a la proteína LDL, el colesterol malo. Las proteínas LDL transportan el colesterol del hígado a los tejidos periféricos.
- Colesterol-VLDL: la VLDL es un proteína de densidad aun más baja que el LDL.
- Triglicéridos: los triglicéridos son un tipo de grasa almacenada en el cuerpo a la espera de que el cuerpo la necesite. Cuando esto ocurre se convierte en energía.
El hígado toma los carbohidratos y las proteínas que sobran de la comida y las transforma en grasa.
Un resultado elevado de triglicéridos, puede revelar un exceso de grasas y alcochol. Si es muy alto, puede deberse a una inflamación del páncreas.
Análisis de heces

El análisis de heces puede ayudarnos a diagnosticar enfermedades digestivas. Para ello hay que aportar una muestra de heces que será analizada en el laboratorio mediante la observación en microscopio, un examen bioquímico, un cultivo o un examen parasitológico.
Del examen bioquímico se extraen las características físicas de la muestra y parámetros como el PH o la presencia de enzimas y sangre.
Con el cultivo se detectan bacterias patógenas, que pueden dar origen a un proceso infeccioso intestinal, y en la prueba parasitológica se investiga la presencia de parásitos como la ameba, la giardia o gusanos.
- PH: el valor normal oscila entre el 5,5 y el 6. Si es inferior, indica una mala absorción de los hidratos de carbono.
- Grasas: una elevada presencia de grasas en las heces, puede revelar pancreatitis, fibrosis quística u otras enfermedades relacionadas con la absorción de grasas.
- Sangre: la presencia de sangre en las heces puede indicar que existe un punto sangrante en el aparato digestivo, que puede deberse a una úlcera e incluso a un cáncer. No obstante, esta prueba produce muchos falsos positivos, ya que la sangre pueden proceder de la boca.
- Leucocitos: si hay leucocitos en las heces, existe una posible diarrea de origen bacteriano o una enfermedad inflamatoria del intestino, como puede ser la enfermedad de Crohn.
Entender el análisis de orina
El análisis de orina incluye químicas y microscópicas para detectar posibles problemas del tracto urinario u otras enfermedades en otros órganos.
A través de la orina se pueden descubrir enfermedades sin síntomas importantes, que el paciente todavía no ha identificado.
De entre todo los tipos de análisis de orina que pueden realizarse, tres son los más habituales:
- Con tira reactiva: se trata de una tira con sustancias químicas que al entrar en contacto con ciertos elementos cambian de color. Es una forma rápida de diagnóstico.
- Análisis tradicional: si el médico necesita un análisis más profundo, se recoge una muestra limpia de orina y se lleva a analizar a un laboratorio.
- Cultivo de orina: esta prueba se solicita cuando existen sospechas de infección urinaria.
De entre todos los elementos que se analizan en estas pruebas, los más importantes son:
- Glucosa: si hay presencia de glucosa en la orina es porque está elevada en la sangre, lo que podría deberse a una diabetes.
- Hematíes: tampoco debe haber hematíes en la orina. Si están presentes es porque hay algún daño los riñones.
- PH: el PH de la orina suele estar entre el 4,6 y el 8. Si la orina es ácida puede deberse a cálculos urinarios.
- Cuerpos cetónicos: si hay, puede deberse a problemas como diabetes, anorexia o una dieta deficiente.
- Leucocitos: la presencia de leucocitos indica una enfermedad infecciosa o inflamatoria en las vías urinarias.
- Densidad: si la densidad es superior a 1028 g/ml, puede existir deshidratación, diarrea o vómitos. En caso de que sea inferior a 1002 g/ml, puede indicar infección del riñón o insuficiencia renal.
- Proteínas: las proteínas están almacenadas en el riñón. Si están en la orina es porque hay un problema renal.
- Nitritos: los nitritos aparecen por la presencia de algunos gérmenes de la infección de orina.
- Sedimento: el sedimento es el poso que queda al final del tubo de la muestra de orina tras cetrifugarlo. Se buscan elementos como cristales de ácido úrico u otras células que no deberían estar.