Hola compañeros, ahora que llega el verano, me gustaría dejaros algunos apuntes por aquí sobre el sol para que tengáis cuidado así como vuestros clientes.

El controvertido sol:

La longitud de onda de las radiaciones solares oscila entre los 290 a los 1.859 nanómetros o los 2.900 a los 18.500 angstromios, dependiendo especialmente del clima y la estación del año. En la medida en que la longitud de onda sea más pequeña así será la posibilidad de quemarnos y, si no fuera por la polución atmosférica y los cristales de nuestras viviendas, incluso nos podríamos broncear en invierno. Las nubes retienen algo de las radiaciones solares, aunque no tanto como para evitar la posibilidad de quemaduras, incluso durante una mañana de verano lluviosa. Esto es especialmente serio en la montaña, ya que mucha gente piensa que la niebla oculta el sol o una espesa lluvia les previene contra la insolación a altas altitudes, cuando no es así, como tampoco lo es cuanto está nevando. La nieve, la arena y el agua del mar o de las piscinas actúan como espejos que reflejan hacia nosotros los rayos solares, por lo que se debe tener mucha precaución cuando estamos en la playa incluso debajo de las sombrillas.

Nuestro organismo, sin embargo, no está indefenso ante los rayos del sol y se defiende espesando la epidermis y estimulando los melanocitos para que produzca más melanina, lo que evita mayores complicaciones.

Efectos perjudiciales del sol:

Resulta curioso que algo que se hace para mejorar la belleza de la piel pueda ser la causa de su envejecimiento rápido. Mientras que en los meses de verano la obsesión por el bronceado es casi universal y pocas son las personas prudentes que mantienen el sol a distancia, la creencia de que ese aspecto oscurecido de la piel embellece es también algo aceptado y aún hoy, cuando los peligros del sol son bien conocidos por todos, las playas están abarrotadas de personas tumbadas boca abajo para lograr en pocos días el envidiado color moreno.

Pero ya está demostrado que el primer efecto perjudicial del sol es que envejece la piel y este envejecimiento será más intenso en la misma medida en que lo es la edad de la persona. Un niño puede soportar mejor la exposición al sol que una persona de cuarenta años, de la misma manera que lo soporta mejor un joven de 15 años que una persona de 50. Ello se explica por la capacidad regenerativa que tiene la piel en las personas jóvenes, mucho más intensa y acelerada que en los mayores, aunque ello no quiere decir que el daño interno, las lesiones que no vemos, no se manifieste muchos años después en forma de cáncer.

Después de muchos años de playa los efectos perjudiciales se pueden comparar a los de radioterapia y pueden aparecer lesiones precancerosas, especialmente en personas rubias o pelirrojas.