La palpación es una maniobra del quiromasaje cuyo objetivo es hacer una evaluación de la situación, detectando defectos estructurales, inflamaciones y sensibilidad localizada. Es una parte muy importante de cualquier quiromasaje.
El término palpación proviene del término latino «palpare», que literalmente significa tocar. Sin embargo, en el contexto de la evaluación muscular, la palpación implica mucho más que simplemente tocar el músculo.
La palpación implica evaluar la salud de los músculos y otros tejidos blandos tocando estos músculos con los dedos y las manos. Mediante una palpación adecuada, los quiromasajistas pueden encontrar qué músculos están tensos, dónde se encuentran los puntos gatillo o las adherencias, qué músculos están inflamados o lesionados o cuánta presión se puede aplicar a varios músculos.
Índice
Objetivos de la palpación
La palpación muscular tiene dos objetivos principales. La primera es localizar el músculo objetivo que se está palpando.
Una vez localizado, el segundo objetivo es evaluar su salud palpando su tono y textura. ¿Está apretado o suelto? ¿Hay puntos gatillo ubicados dentro de él? ¿Está inflamado o sensible al tacto? ¿Hay adherencias?
Evaluar la salud del músculo es el aspecto más importante de la palpación, porque la integridad de los tejidos es lo que informa nuestras decisiones con respecto al tratamiento. Sin embargo, si primero no se localizan e identifican los músculos de la región no se podrá saber qué musculatura estamos evaluando. Además, un quiromasaje eficaz por lo general implica trabajar la totalidad del músculo, lo que solo se puede hacer si se conocen los bordes exactos del músculo.
Protocolos de palpación
La ubicación precisa de la musculatura objetivo es de suma importancia y es la base del quiromasaje. Para cada músculo objetivo, existe un protocolo de palpación que se puede llevar a cabo para identificarlo y localizarlo.
Es importante asegurarse de que cada protocolo sea ideal no solo para localizar el músculo objetivo, sino también para distinguirlo claramente de la musculatura adyacente y otros tejidos blandos.
La ciencia de la palpación muscular implica comprender y aplicar un conjunto de pautas que permitan razonar críticamente cómo abordar los músculos del cuerpo.
Memorizar un mapa de estructuras anatómicas humanas no es suficiente preparación para aprender cómo y dónde aplicar el trabajo corporal. Debido a que las personas son diferente en formas y tamaños, no se puede simplemente superponer un diagrama dado de puntos de referencia anatómicos en un sujeto para ubicar la estructura o el grupo muscular que se busca.
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que existen varios componentes para dominar la palpación, incluida la combinación de la mente imaginativa y el aprovechamiento del conocimiento de anatomía del terapeuta.
Las 4 Ts
Las 4 Ts de la palpación son tono, textura, temperatura y ternura. Esta lista es muy útil para recordar y organizar la palpación: qué se siente, qué podría decirnos sobre el estado o la agudeza de los tejidos y qué hacer al respecto.
Los cambios en la textura del tejido, que se observan durante el examen a través de la palpación, son indicadores clave para localizar lesiones. Puede decirnos si la lesión (que causa la disfunción) se encuentra: directamente debajo del tejido palpado o posiblemente debido a una lesión (que causa una disfunción) ubicada en otra área del cuerpo.
Se puede encontrar a una distancia del tejido palpado y referirse o transmitir información al sitio, lo que provoca un cambio palpable.
La palpación de tejidos blandos ofrece mucha información sensorial para el quiromasajista. A partir de esta información, el profesional se puede centrar y clasificar lo que le dicen esas sensaciones.
Esto requiere que no solo haga una lista de lo que sentimos, sino que, más importante, anote lo que debería sentirse «normal» para el tejido blando que está palpando, lo que se siente alterado o cambiado de la norma.